Los ideólogos: José Baquíjano y Carrillo

254 MIGUEL MATICORENA ESTRADA en la Universidad de esa capital el doctor don José Baquíjano y Ca– rrillo, y de haber mandado su majestad se examinase, y recono– ciese el mencionado papel, me ha mandado prevenir a vuestra excelencia y vuestra señoría lo siguiente: Que mediante constar de la diligencia practicada por el se– cretario de ese virreinato, don Juan María de Gálvez, para recoger los ejemplares esparcidos que sólo se juntaron 312, de los 600 que, según declaraciones del impresor, se tiraron, procedan vuestra ex– celencia y vuestra señoría de acuerdo a practicar las más activas diligencias para recoger los restantes ejemplares, haciéndolos que– mar secretamente, y dando cuenta a su tiempo de lo que hayan conseguido en este punto. Que, con igual acuerdo, informen vuestra excelencia y vues– tra señoría sobre el método o práctica que se observa en esa ca– pital, y demás ciudades o pueblos del virreinato, si hubiese im– prenta en alguno otro de ellos, en las aprobaciones y licencias de imprimir, proponiendo los medios que estimen oportunos para que esto no se pueda verificar sin precedente noticia de ese su– perior gobierno pues, según representó en su defensa, el mencio– nado Jáuregui, tiene esa Universidad facultad para mandar im– primir las obras que componen sus matriculados sin precedente noticia del gobierno, lo que ha parecido muy irregular. Que ha extrañado nmcho a su majestad, saber que corren li– bremente, en el Perú, el Belisario de Marmontel, obras de Mon· tesquieu, Linguet, Raynal, Maquiavelo, Monsieur Le Gros y En– ciclopedias; libros que, además de hallarse prohibidos a toda clase de personas por el tribunal de la Inquisición, lo están también por el estado; en cuya inteligencia procedan vuestra excelencia y vuestra señoría de acuerdo a recoger del referido doctor Baquí– jano, y de otra cualesquiera persona que las tenga en esos domi– nios, las mencionadas obras y demás sujetas a igual prohibición, dando desde luego las providencias más eficaces para que no se introduzcan en ellos y proponiendo las que regulen convenientes para cortar este abuso. Finalmente, me manda su majestad prevenir a vuestra exce– lencia y vuestra señoría que velen sobre la conducta y porte del doctor Baquíjano, amonestándole y reprendiéndole severamente su libertad en este papel y el uso de semejantes libros, tomando cualquiera providencia que estimen necesaria para su corrección; cuyo particular fía su majestad a la prudencia y discreción de vues– tra excelencia y vuestra señoría.

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