Los ideólogos: José Baquíjano y Carrillo

302 MIGUEL MATICORENA ESTRADA riando al mismo tiempo con la mayor audacia a los ministros que han hecho de Asesores en ellos. Mas, como quiera que este in– dividuo se halla ya con toda su familia en ese reino y vuestra excelencia tiene los anteriores documentos, que dan a conocer el irregular modo con que aquél piensa, me ha parecido conveniente remitirle estos últimos para que, con su sabia penetración, deter· mine aquello que más fuere de su superior agrado. Por lo que mira al .doctor Baquíjano, dije a vuestra excelen– cia con fecha de 28 de febrero anterior y bajo el n? 563, la oferta que me había hecho de contener su pluma, entregándome al mis– mo tiempo aquellos tales cuales libros prohibidos que dijo ser los únicos que tenía en su poder. Mas sin embargo de esto, él se halla poseído de todas aquellas perjudiciales máximas que en ellos ha estudiado y el alcalde de corte, don José Rezábal, afirma es el autor de estos libelos. Esto no puede ya justificarse por haberse ido don Antonio de Ugarte, que era el único a quien se podía apremiar para descubrir la persona que ciertamente las for· mó; y, fas demás pruebas que en esta materia podrían practicar– se, las he omitido por considerar el poco o ningún efecto que producirían, atendidas las circunstancias de parentesco y relacio– nes que tiene su familia en esta ciudad con los magnates de ella; a que se agrega que muchos de éstos, no dudo, tendrán y seguí· rán las mismas opiniones. Por lo expuesto reconocerá vuestra excelencia que, toda aque– lla sinceridad con que prometió la enmienda el doctor Baquíjano, no fue otra cosa que una solapada capa para salir del aprieto en que entonces se vio, el cual pasado, volvió a ser el mismo que la antes; y lo será mientras subsista en esta capital, donde logra no poca aceptación por su libertino modo de pensar; todo lo que me ha parecido conveniente. hacerlo presente a vuestra excelencia para que determine lo que más fuere de su superior agrado. Lima y julio 5 de 1787. Excelentísimo señor. Dios guarde a vuestra Excelencia muchos años. El Caballero de Croix (Firma y rúbrica) Excelentísimo señor marqués de Sonora.

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