Los ideólogos: José Baquíjano y Carrillo

JOSE BAQUIJANO Y CARRILLO 315 empleos. Su voluntad debe ser la regla de la nuestra. Estando las cátedras dotadas por su magnificencia, apartarse de lo que mandan es faltar al deber, a la justicia y conciencia. Vosotros, sublimes genios, que por la superioridad de vuestras almas habitais una elevada esfera, librad a la verdad cautiva de las duras cadenas de la opresión, y el tiempo. Vosotros, que for– mando en el orden de los espíritus un cuerpo de luz más pre– ciosa que la del mayor planeta la distribuis con profusión en be– neficio de los demás cuerpos, distinguíos de las tinieblas que en ese mismo orden componen el bajo pueblo. Dad con mi prela– ción aliento a la juventud desmayada, para que no mirando los grandes bienes de la academia, como un tesoro reservado a la larga vida, distante de desviarse de su empeño, trabaje en el tiem– po floreciente con todo el vigor que da la esperanza de conseguir el premio; pues la noble ambición por la gloria, y el anhelo ge– neroso de obtenerla, es en expresión del historiador de Roma (15), e] poderoso resorte que agita al hombre para trabajar con desvelo en la útil adquisición de las luces, y conocimientos . Yo espero pues el galardón glorioso que al presente se disputa; yo me lo pro~ meto del esclarecido juicio de la academia, que discierne, mide, examina, y pesa, la diversa proporción para el trabajo en una edad consistente, y libre de otros cargos, y unos años lánguidos ocupados por el destino de la canongía en qtras indispensables asistencias. Ella reflexionará estar prevenido por la Constitución tercera del título 7. de esta real escuela, el que no asistan los cléri– gos al curso de la cátedra de Prima de Leyes, por la prohibición que la Iglesia ha hecho a su Estado de este estudio bajo de exco– munión mayor que fulminó el señor HONORIO III, no pudiendo por lo mismo, y con más razón, ser maestro en ella, quien está adornado con el sagrado carácter del sacerdocio (16). Así, aun olvidando tanto mérito, debo esperar mi exaltación y preferencia. Ella hará el aliento esforzado de los que en sus primeros años se hallan enriquecidos con el brillante adorno de las ciencias, anunciando a la posteridad, no como las imágenes yertas de los bronces, sino con esa viva elocuencia que avasalla, domina y con– vence, el discernimiento que hace la integridad del verdadero, y (15) Labor, et periculum impenditur, unde honor, emolumentum spe– ratur. Liuio Lib. 4 . Decad. 1. (16) Dicam aliquid, quod fo rsitan cum multorum offensione dicturus sum; sed boni mihi non irascentur, quia eos peccari constientia non remor– debit. D. Rieron. Lib. l. contra Iouinian.

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx