Los ideólogos: José Baquíjano y Carrillo
318 MIGUEL MATICORENA ESTRADA cordis sit nuntius: illa, de quibus loqui erubescit honestas, non debet Religio perpractare. Ut ergo Ordo Monasticus, et Canonicus Deo placens in sancto proposito inuiolabiliter conseruetur, ne hoc ulterius praesumatur, Apostolica auctoritate interdicimus. Episco– pi autem, Abbates, et Priores tantae enormitati consentientes, et non corrigentes, proprus (sic) honoribus expolientur, et ab Eccle– siae liminibus arceantur. Este canón tuvo algún efecto en la parte de la medicina; pero se interpretó la prohibición del derecho con sobrada benignidad; de modo, que aunque se abstuvieron de la profesión de Abogados, con todo estudiaban leyes, porque se juzgaban útiles para la inteligencia de los cánones. Esta interpretación la autorizaron des– pués con el dicho del señor Lucio III., que en su decretal dirigida al obispo de Padua el año de 1181., y es el canón l. del Lib. 5. de las Decretales, tít. 32. De noui operis nuntiatione. Dice: Sicut Leges non dedignantur sacros Canones imitari, ita et sacrorum Canonum statuta Principum constitutionibus adiuuantur. Con es– to creció el abuso dedicándose de nuevo los monjes, y regulares a la medicina, y a las leyes bajo del especioso pretexto de que, con el estudio de estas facultades se hacían más capaces de cuidar de los negocios de la comunidad, y de asistir mejor a sus enfermos; bien que muchas veces se les convenció, y reprendió de que sus miras eran menos caritativas, y más interesadas, y que el amor de la gloria, y del dinero eran los únicos estímulos de su apli– cación. Para quitarles todo pretexto, y extirpar de raíz este abuso el señor Alexandro III en el concilio Turonense, que celebró el año de 1163, contra el antipapa Víctor, y que él mismo presidió, re– novando la prohibición del Concilio Lateranense 2. formó un ca– nón que es el 8. en que del todo y para siempre les prohibe el estu– dio y enseñanza de la medicina, y de las leyes civiles: Non magno– pere, dice, antiqui hostis inuidia, infirma membra Ecclesiae prae– cipitare laborat: sed manum mittit ad desiderabilia eius et electos quoque nititur supplantare, dicente Scriptura: Escae eius electae. Multorum siquidem causam operari se reputat, ubi pretiosus aliquod membrum Ecclesiae fuerit aliqua calliditate detractum lnde nimirum est, quod se in Angelum lucis more solito transfi– gurans, sub obtentu languentium fra1ttum consulendi corporibus, ecclesiastica negotia fidelius pertractandi, Regulares quosdam ad legendas Leges, et confectiones physicales ponderandas, de claustris suis educit. Unde, ne sub occasione scientiae, spirituales uiri, mun– danis tursuni actionibus inuoluantur, et interioribus eo ipso defi-
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx