Los ideólogos: José Baquíjano y Carrillo
JOSE BAQUIJANO Y CARRILLO 333 Y privilegiados talentos de su Autor, con todo creímos había ex– cedido en la prueba la expectación en que estaba el Público. Pero como no era cordura fijarme en la idea que concebí de su per– fección, por sólo aquel examen tan ligero, y el único que permitió la precipitada velocidad con que fueron pronunciadas; confieso que vivía desconfiado de estas impresíones, como efecto de la sor– presa, y no de la reflexión. Aún me hallaba sobrecogido de cierta especie de perplejidad que me causaba este recelo, cuando de or– den de V. E. llegaron a mi mano ambas piezas. El estímulo de la curiosidad, y el deseo de obedecer prontamente el precepto Su– perior de V. E., me entregaron con ansioso anhelo a su lectura, y está confirmando, y aun sublimando a grado más eminente aquel concepto que formé al oirlas, con un placer más dulce, y más tran– quilo ha renovado en mi corazón los mismos sentimientos. La primera Pieza, que es la Exposición o Comentario de la Ley que le tocó en suerte, es una Disertación metódica erudita, y Sabia. Pone por aserto, o por Teorema la máxima legal, que re– sulta de las palabras en que se halla concebida, y lo demuestra con copiosa erudición, selecta y oportuna, tomada de los mismos Códigos de la Legislación de Roma. Toca con primor, y magisterio la controversia, que ha excitado entre los mejores Intérpretes la sentencia del jurisconsulto Quinto Servilio Scevola, autor de la Ley, y esparce en todas partes con inimitable artificio las doctri– nas, que apoyan su sistema, y que sirven para enervar las dificul– cultades, y argumentos, en que fundan su dictamen los partidarios de Fabro. En pocas palabras: la ciencia del Derecho hace el fust~ de la Relección, la fina literatura, y el buen gusto la adornan, la hermosean, y embellecen. Estoy persuadido, que a los que no ten– gan un conocimiento anticipado de los fondos del Dr. D. Joseph, les será increíble que las pocas horas que se dan de término, le ha– yan bastado para darle la formación, y orden con que se presen– ta. Digo darle la forma, porque el acopio de los inmensos, y pre– ciosos materiales, que entran en la composición de esta excelente obra sólo puede ser fruto del estudio arreglado, de esa constante aplicación, que siempre ha sido la pasión favorita, que distingue y caracteriza al Dr. Baquíjano. La segunda es un Manifiesto Académico de los servicios que ha hecho al Público, y a la Escuela: en su género es una Pieza com– pleta, perfecta, trabajada con gusto, con delicadeza y arte. Con– cilia con admirable destreza la moderación, y el interés de la glo– ria: ni entra en una menuda y enfadosa relación de sus actuaciones, ni omite nada substancial, que disminuya el concepto de sus mé-
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