Los ideólogos: José Baquíjano y Carrillo

336 MIGUEL MATICORENA ESTRADA He aquí las palabras de la ley. SCEVOLA lib. 20 Disgest. "A Panfilo el liberto, además de lo que le dejé en los codicilos, quiero que le sean dados cien: conozco todas las cosas que te dejo, Pan– filo, para que sean entregadas a mis hijos; teniendo bien probado tu afecto para con ellos. Pregunto, no es cierto que se confió de fe de Panfilo para con las palabras arriba escritas, para que él después de la muerte restituya los cien a los hijos del difunto? Responde: según estas cosas que han sido propuestas, el fideico miso de Pánfilo ni siquiera es evidente en lo que concierne a las palabras del testador para que restituya los cien, pero, como es bastante inhumano que las palabras del difunto sean burladas por el liberto, los cien guardados por él deben ser restituidos a los hijos del testador: porque en similar especie también nuestro emperador D. MARCO estableció esto [en el] parágrafo 1. Se ha propuesto que uno, no existiendo un acuerdo por causa de enfeP. medad en el momento crítico de la vida para legar a los hijos ni a los parientes, estando con unos amigos invitados dijo a su compañero Gayo Seyo: "cómo quisiera dejar a el los predios que nombrase: declarados en testamento volviesen a Gayo Seyo, aun interrogado el mismo testador que declarase estas cosas, e insertada su respuesta "malista", esto es, lo más posible. Se pre– gunta si los predios que fueron destinados pertenecen a Gayo Se– yo por causa de fideicomiso. Respondió: sobre esto no se debe dudar que el fideicomiso vale § 2. Había hecho herederas de par– tes iguales a sus dos hijas y había legado su finca a otro, y había hecho una demanda judicial sobre ésta para darle veinte a su her– mana: de su misma hija pidió que restituyera a su misma herma– na la mitad del fundo. Se pregunta ¿Deben ser prestados los vein– te? Respondí: no deben ser prestados. En la inscripción de ley no insistiremos mucho tiempo, como decimos con CICERON. para no echar fuego a la envidia: aun– que no sea correcto juzgar sobre la especie de la ley, o responder omitida su inscripción. No sólo aconseja gravemente CELSO (1). sino que también afirma sabiamente el romano SENECA (2) cuan– do dice "depón esta esperanza para que puedas degustar sumaria– mente los ingenios de los más grandes varones: todas las cosas deben ser examinados y tratadas por ti. El asunto se lleva a cabo Y la obra del ingenio, de la que nada, sin ruina, puede ser sustra- 1. Celsus in leg . 24 . D. de legib. 2. ~)( neca Ep1st. '.'·3.

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