Los ideólogos: José Baquíjano y Carrillo

376 MIGUEL MATICORENA ESTRADA 67 MEMORIAL DEL RECTOR.- Lima, 19 de Enero de 1793. 1 ;.- Señor Advirtiendo esta real Universidad de San Marcos que su Apo– derado el doctor don José Baquíjano y Carrillo, quien parte a lo– grar la inestimable dicha de ponerse a los pies de vuestra majes– tad, podrá aspirar a la jubilación en la cátedra de prima de cá– nones que obtiene; me ha confiado exponga a su soberana consi– deración los sinceros deseos que la animan sobre este punto Y los justificados motivos que la dirigen. Por sus antiguas y recomendables prácticas, para la jubila– ción de los catedráticos de prima se han computado los años de 5ervicio en las cátedras inferiores; y cuando los talentos del pre– tendiente o sus méritos han sido de una clase extraordinaria, se ha dispensado el cumplimiento penoso de los veinte años preveni– dos en la letra de la constitución, admitiéndose por bastante un singular servicio de quince y aun doce años . Esta gracia otorgada con una sobria y prudente economía ha servido no sólo para manifestar la gratitud y reputación debidas a los eminentes y es– clarecidos alumnos, sino también para fijar algún nuevo y especial estímulo entre los catedráticos jubilados, pues poseyendo unos des– tinos vitalicios por la constitución y ley del reino, ya no son sus– ceptibles de otra expectativa. Sobre estos supuestos y el bien notorio de que los servicios del doctor don José en las cátedras de esta Universidad desde el año de setenta y siete, en que ocupó la cátedra de código, pasando des– pués inmediatamente a la de vísperas de leyes y, por último a la de prima de cánones, le han merecido la más plausible y, deteni– da atención, pues correspondiendo en sus grandes talentos y vas– ta erudición en todo género de literatura, se han señalado parti– cularmente por su infatigable tesón en ilustrar la juventud con una sana, sólida y, selecta doctrina; el dictamen de este cuerpo es que el doctor don José tiene sobrado mérito para la jubilación, y que aun es digno de las mayores gracias, que espera se digne