Los ideólogos: José Baquíjano y Carrillo

400 MIGUEL MATICORENA ESTRADA aquella real Audiencia en las plazas togadas de Protector general y fiscal del crimen, solicita se le concedan los honores y antigüe– dad, de oidor de dicha real Audienica de Lima. Su majestad le concede los honores de Alcalde del crimen de la Audiencia de Lima. 1<:> de marzo 1795 (Al margen y letra distinta). Señor: Don José Baquíjano y Carrillo a los reales pies de V.M. ren- .. didamente expone: Que deseando a ejemplo de sus mayores em– plearse en servicio de V.M. se dedicó a la carrera de las letras, en que hizo tan rápidos progresos, que a los trece años de su edad obtuvo los grados de doctor en las facultades de Cánones y le– yes de la real Universidad de san Marcos de Lima; que continuan– do su mérito en aquella academia ha servido desde el año de 778 las cátedras de Instituta, Vísperas de leyes y Prima de Cánones, que en la actualidad obtiene, añadiéndosele en la segunda la obli– gación de enseñar el derecho patrio por más de doce años, que hasta su nombramiento no se había practicado en aquella escuela, por lo que se dignó decorarle con el título de su vice-rector Y conciliario mayor. Que sin ceñirse a las obligaciones académicas, recibido de abogado a los diez y nueve años de su edad, fue nombrado por Asesor general del Cabildo y Ayuntamiento de Lima y del tribunal del Consulado de aquella capital, y faltando ministros en la real Audiencia para el despacho y administración de justicia, se le encargó el año de 78 la Protectoría general de indios y la Fiscalía del crimen de ese superior tribunal cuyos destinos desempeñó a entera satisfacción del público y demás; como lo informan a vues– tra majestad el virrey del Perú, la real Audiencia y Universidad Y se halla justificado en la Secretaría de gracia y justicia y rela– ción de méritos que acompaña. Estos servicios, los de sus ascendientes, principales conquis– tadores de aquellos dominios, el desinterés con que ha desempe– ñado esas confianzas sin gravamen del erario, ni otro sueldo ni recompensa que el inapreciable honor de servir a vuestra majes– tad, la real orden con que vuestra majestad se ha dignado alentar a los que formaron la sociedad de Amantes del Perú, de la que el que suplica, como uno de los principales promovedores de ese útil establecimiento ha sido nombrado Presidente; el ejemplo de que a los cuatro catedráticos de prima de Cánones y leyes de las Universidades de Alcalá y Valladolid se ha dignado vuestra ma-

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