Los ideólogos: José Baquíjano y Carrillo

26 MIGUEL MATICORENA ESTRADA para que tales establecimientos corran a su arbitrio y discreción. Su majestad ha oido con ·admiración todo cuanto vuestra excelen– cia expone en su citada carta y propone, y por el mismo hecho quiere se le recuerden los muchos derechos que ha perdonado a los vasallos de ese reino, liberándoles del tres por ciento de avería, cuatro y medio de almojarifazgo que pagaban, y reduciendo el quinto de oro a sólo tres por ciento, y que además de éstas gra– cias ha concedido en el reglamento de comercio libre de doce de octubre del año anterior las franquicias y beneficios que vues– tra excelencia habrá visto en sus artículos y aranceles insertos . Con estos antecedentes que vuestra excelencia debe reflexio– nar y no embarazarse en hacer nuevos proyectos, ni combinacio– nes espera su majestad que sólo se dedicará a persuadir a esos habitantes lo infinito que deben a las piedades y paternales des– velos de su soberano, y las estrechas obligaciones que tienen a no defraudar sus justos y moderados derechos, cuyos legítimos va– lores son indispensables para defender y mantener estos dominios en paz y justicia. Al mismo tiempo quiere el rey advierta a vuestra excelencia, que el arreglo. de ese erario está y le tiene cometido privativa– mente al Visitador general de ese reino, a quien es su real inten– ción que vuestra excelencia deje obrar libremente en este impor- · .tante objeto, auxiliando sus providencias y no censurándolas, ni poniéndolas en descrédito con manifestarse contrario a ellas, co– mo ha empezado a hacerlo contra lo que le está mandado, y vues– tra excelencia mismo tiene ofrecido desde el arribo del Visitador; bien entendido que ínterin dure la comisión de este ministro, le sostendrá a su majestad en cuanto se arregle a sus instrucciones, y facultades que en ellas y en las órdenes posteriores le tiene con– cedidas. Todo lo que prevengo a vuestra excelencia de su real orden para su gobierno, y a fin de que como se persuade su majestad no de motivo para desconfiar del amor y celo que tiene vuestra ex– celencia acreditado por el real servicio. Dios guarde a vuestra excelencia muchos años. Aranjuez ocho de mayo de mil setecien– tos setenta y nueve. José de Gálvez. Señor don Manuel de Guirior. Una rúbrica al parecer del señor Visitador general. FUENTE: A.G.I. Lima, leg. 783 (Residencia de Guirior), fol. 41-23v.

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