Los ideólogos: José Baquíjano y Carrillo

JOSE BAQUIJANO Y CARRILLO 477 reconocer a nuestro amado soberano, fue expedida de uniforme dictamen, se alteró este punto al publicarlo; pues el regente del tribunal don Pedro Catani, y el oidor americano don José Villafañe (sic) instaron por la más pronta jura del señor don Fernando VII (5); que todo el ayuntamiento de México firmó el acta del 16 de agosto menos los dos alcaldes ordinarios que eran europeos, y se excusaron con el pretexto de enfermos; y que ni un solo america– no tuvo parte en la prisión del virrey, así lo confiesa el comi– sionado Jáuregui, y añade "mi compañero Javat ha blasonado de palabras y por escrito dándose por autor de tal hazaña". (6) Las vejaciones más crueles y violentas se practicaron contra los mexicanos que no habían accedido a ese atentado tan perju– dicial a la veneración y respeto debido al primer jefe del reino, y sin el que no podía mantenerse la tranquilidad y sosiego. El síndico de la ciudad Azcárate y el del Común Primo Verdad, que habían trabajado en nombre de ésta las representaciones de que se ha hecho mención, fueron ignominiosamente pues– tos en la cárcel, llevándolos en público con el escarnio de ir las manos atadas por detrás; el primero creo que aún permanece arrestado después de tan largo tiempo del olvido decretado por las Cortes y de sesenta días que se le retuvo sin comunicación; el segundo falleció en la cárcel nombrada del arzobispo el 4 de octubre de aquel año, haciendo ante el fiscal Sagarzurieta la pro– testa jurídica y solemne "de que pasaba al tribunal infalible del Eterno, sin que nada le remordiese la conciencia sobre su fideli– dad, porque jamás por escrito ni palabra tuvo idea que no fuese fiel a Fernando VII y a la España". (7) La misma inhumanidad causó la muerte del religioso merce– dario natural de Lima fray José Talamantes, a quien por sus vastos conocimientos se le detuvo al pasar por aquella capital con des– tino a Europa, para arreglar los límties entre las posesiones espa– ñolas y angloamericanas con motivo de la venta de la Luisiana, cargado de grillos se le sepultó en un calabozo del castillo de Ulúa; y haciendo ruido con ellos entre las convulsiones de su cercana muerte, le añadieron otro par, cinco minutos antes de expirar ese apreciable literato. Esos desórdenes se minoraron en parte por el nombramiento librado del virrey interino, en el muy reverendo arzobispo don Fran- (5) Representación a la regencia por el regente don Pedro Catani. (6) Informe del comisionado Jáuregui al Ministro Cornel. (7) El Ilustrador Americano, núms. 5 y 6.

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