Los ideólogos: José Baquíjano y Carrillo

482 MIGUEL MATICORENA ESTRADA El general del ejército de Morelos don Ignacio Rayón contes– tando al reverendo obispo de la Puebla le escribe: "Este congreso cuida de sí de la defensa del reino, de la conservación de la reli– gión, y de los derechos correspondientes al señor don Fernando VII". En Tlalpujahua se celebran los días de Allende (aún después de muerto) el 31 de julio de 812; se coloca en su decente dosel el augusto retrato de nuestro soberano el señor don Fernando VII, con una hermosa matrona al lado, símbolo de la América, en ade– mán de sostenerlo, y entre otras varias poesías que la rodeaban, la siguiente: Tlalpujahua feliz, real venturoso alza la frente y la expresión admira de ese augusto retrato majestuoso que gloria a un tiempo y pesadumbre inspira, y desde allá con ahínco soberano protege la honradez del pueblo indiano. Apodérase Morelos de la ciudad de Oaxaca y al día siguiente hace jurar al rey con gran lujo y solemnidad. Caracas en oficio a la primera Regencia dice: "Aunque la su– prema junta conservadora de los derechos del señor don Fernan– do VII en estas provincias de Venezuela, ha sido constituida para no reconocer otra soberanía que la de su real persona, o la que lo represente por el voto unánime y general de todos los españoles de ambos hemisferios; no ha roto por eso los vehículos de unión y fraternidad que existen entre los españoles europeos y america– nos, a quienes mirará siempre como hermanos y vasallos del des– graciado rey que ha jurado Venezuela". Para quitar todo motivo de sospecha de ser otros sus desig– nios, ocurrió esa capital como se ha dicho al gabinete de Londres solicitando su protección y garantía, y la primera proposición es ésta: "Venezuela como parte integrante del imperio español se halla amenazada por la Francia, y desea apoyar su seguridad en la protección marítima de Inglaterra, el gobierno de Venezuela la desearía también que por el de S.M·B., se le faciliten del modo conveniente los medios que puedan serle necesarios para defender los derechos de su legítimo soberano, y para completar sus me– didas de seguridad contra el enemigo común". No fueron otros los sentimientos que animaron a los habitan– tes del Río de la Plata; publicada la formación de su junta el si– guiente día convocan a los que la componen con el fin de que en

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