Los ideólogos: José Baquíjano y Carrillo

492 MIGUEL MATICORENA ESTRADA veinte y cuatro horas no entregase los cuchillos y machetes de uso doméstico; la humanidad se estremece al .verle escribir al vi– rrey de Nueva España hablando de los vecinos del pueblo de Te– pic que habían tanto contribuido a la tranquilidad del país con– tiguo: "Estoy muy incomodado por hallarme en necesidad de tra– tar con miramiento a los habitantes de ese pueblo por su fidelidad y servicios hechos a la causa del rey'', en los anales de los tigres no se encuentra documento que se le compare. Retratados por sus mismos hechos, para qué detenerse en des– cubrir el concepto que tenía adquirido en Nueva España el general Calleja desde el año de 94, en el que formó en la Nueva Santander ese gobierno militar, en que es juez perpetuo el capitán de milicias que allí se establece, regidores invariables, el teniente y subtenien– te y procurador perdurable el primer sargento; oprimiendo así a los honrados vecinos de esos pueblos . Ni ¿para qué recordar lo que el general Cuesta expresaba de su amanuense Cruz? Basta por todo asegurar que del correo de Nueva España que acaba de recibirse en esta semana hay carta en Madrid del virrey Calleja en que ase– gura que renuncia el mando, porque no puede sofocar la insurrec– ción renaciente por la crueldad y barbarie de Cruz, pues éste es el mismo que en el pliego de providencia está nombrado en segundo lugar para sucederle. Y entre tanto agravio, violencia y rigor ¿qué hacen los cabe– zas y jefes de los disidentes?, clamar y con esfuerzo de que se les oiga, y trate sobre los medios de la reunión y tranquilidad. Hidalgo a la vista de México consternado por hallarse situado a cuatro leguas de ella, en 30 de octubre de 810 remite por parlamentario a su general Ximénez escoltado de cuarenta hombres con un pliego cerrado para el virrey, se le aconseja pase por las armas al par– lamento y escolta, se abstiene por el temor de las represalias en Rul, Merino, García Conde y el oidor Collado que tenía en su po– der Hidalgo, mas sin abrir el pliego lo devuelve respondiendo, era indigno de ser oído. Rayón dueño de la ciudad de Zacatecas y a la frente de cua– renta mil hombres propone a Calleja un congreso para arbitrar los medios de conciliación, éste contesta que por su buena intención era digno del indulto que le concedería si se entregaba con todo su ej ército, que si no marchaba a destruirlo y castigarlo. Aquella junta nacional propone y remite al virrey y demás au– toridades de México los planes de reunión firmados por el cura don José María Cos, se reciben y hacen quemar por manos del verdugo; Y en su manifiesto a los europeos de aquel _reino les

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