Los ideólogos: José Baquíjano y Carrillo

498 MIGUEL MATICORENA ESTRADA Los ejemplares recientes lejos de desimpresionados afianza– ban más su desconfianza; leían en las gacetas de México gloriar– se Trujillo de haber conducido con pretexto de parlamentar a los emisarios de Hidalgo hasta la boca de los cañones para mandar hacerles fuego; a Bolívar contestarle en 2 de octubre del pasado año al gobernador de Curazao que intercedía por la vida de los europeos prisioneros: "que Monteverde había faltado a sus ofre– cimientos con la infracción más bárbara e inicua"; y el fiscal de aquella audiencia en su respuesta de 4 de enero confirma lo mis– mo diciendo: "La confianza pública iba cimentándose con una ra– pidez asombrosa, garantizada por las capitulaciones con el señor presidente, y por las proclamas con que una y otra vez se confir– maba su observancia; pero de repente mudó la escena, al olvido que se había ofrecido sucedieron órdenes para una pesquisa ge– neral en todos los pueblos, nuevas prisiones, nuevos embargos, nuevas vejaciones, nuevo llanto y desolación en todas las familias." Desterrar pues la desconfianza y recelo para entrar con segu– ridad en los planes de reunión, no es obra del estruendo de los cañones, ni de la devastación de las bayonetas; "vengan ángeles de paz, decía el virrey de Nueva España, porque derramar sangre es esparcir semilla de descontento''; y con una moderación que es digna de elogio en carta a la Secretaria de Gracia y Justicia de 11 de diciembre de 1811 confiesa que sus talentos no alcanzan a lo– grar la pacificación. Para esta importantísima comisión son perjudiciales virreyes o jefes de quienes no tengan confianza y deferencia por relacio– nes estrechas y anticipadas; el virrey de Buenos Aires escribe a la junta de aquella capital en oficio de 15 de enero de 1811 persua– diéndole al reconocimiento de las cortes, que tratan éstas con fir– meza y acierto, en la formación de una constitución sabia e ilus– trada que nos ponga para siempre a cubierto de desgracias que en la actualidad se sufren; aquélla principia su contestación con fecha del día 21, por estas palabras: "La sola denominación del título con que vuestra señoría se presenta ofende la razón y el buen sentido." Podría ser muy necesario para el buen logro que se pretende, poner por esta vez en vigor y uso, la junta o congreso que sólo por mandato del rey puede formarse en Indias, y que indican las leyes z;;i y 4~, libro 8?, título 4? de aquellos dominios, para que presidido por la persona que su majestad nombrase expusiesen en unión, buena armonía y conformidad, los agravios e injurias de que se quejan para que trasmitidos a noticia del soberano apro– base lo que fuese digno de su real agrado.

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