Los ideólogos: José Baquíjano y Carrillo

512 MIGUEL MATICORENA ESTRADA cibió los grados de doctor en ambos derechos en aquella Universi– dad de san Marcos, a los 14 años de su edad; fue Regente de la cá– tedra de Instituta en la misma, propietario de la de Vísperas de leyes, encargándose de la obligación de enseñar el derecho patrio, que hasta entonces no se había practicado en aquella Universidad, por cuyo importantísimo servicio fue ascendido a la de Prima de Cánones en que su majestad se dignó jubilarle con todas las pre– rrogativas que le correspondían por cédula de 15 de octubre de 795. En el de 773 fue nombrado presidente de las conferencias de derecho, de Asesor del Tribunal del Consulado y del Cabildo y Ayuntamiento de aquella capital. En 793 pasó a esta corte nombrado por el Cabildo y regimiento de aquella capital y por la real Universidad de su diputado ge– neral. Desde el año de 778 había desempeñado la fiscalía del crimen de aquella Audiencia y la protectoría general de indios, logrando por su influjo y prudencia extinguir la horrible sublevación del Perú incitada por el rebelde Túpac Amaru. En 797 se le nombró por su majestad alcalde del crimen de aquella Audiencia, en el siguiente de juez perpetuo de alzadas del Consulado y minería y en 806 se le ascendió a oidor del mismo Tri– bunal. Sucesivamente fue nombrado director general de estudios del reino del Perú y juez protector del real Convictorio de san Carlos de la capital de Lima; presidente de la junta de sanidad, vice-pre– sidente de la de vacuna, ministro de la de montepío y juez vi– sitador de la de escribanos. Desde el año de 807 ha desempeñado las comisiones de encar– gado para la solemnidad de la exequias de la señora princesa de Asturias y cuando en las anteriores del señor don Carlos 3<? que no fueron celebradas con tanta magnificencia y solemnidad se gastaron de Ja real Hacienda 18 mil pesos fuertes, sólo se consu– mieron en éstas 1.200, porque con sus relaciones y amistad persua– dió a aquel Cabildo eclesiástico, le era de mucho honor costearla de sus propios fondos, por lo que le dieron las más expresivas gracias el actual virrey y junta de Hacienda. - Fue nombrado también en 808 para serenar las ruidosas inquie– tudes que amenazaban funestos resultados motivadas por la elec– ción de general de la religión Betlemítica y tuvo tan feliz éxito, que sin más auxilio, ni ayuda que su asistencia, redujo los ánimos a tal conformidad que de 38 votos se reunieron los 36 a favor del

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