Los ideólogos: José Baquíjano y Carrillo

JOSE BAQUIJANO Y CARRILLO 519 En el año de 93 vino a España con el encargo de Diputado General de aquel Cabildo y de la real Universidad; anteriormente desempeñó la fiscalía del crimen de aquella Audiencia y la Protec– turía general de indios, consiguiendo extinguir con su influjo y prudencia la horrible sublevación del Perú intentada por el re– belde Túpac Amaru: Ha servido las plazas de Alcalde del crimen, de juez perpétuo de alzadas del Consulado y minería y la de oidor. Ha sido encargado de la dirección general de estudios de aquel reino, de la protecturía del real Convictorio de san Carlos; de la presidencia de la junta de sanidad, de la de vice de la vacuna, vocal de la del montepío y de la visita de escribanos. Fue comisionado por el virrey para asistir a la elección de general de la religión belemítica y no obstante los ruidosos partidos y competencias lo– gró conciliar los ánimos de tal modo que sólo le faltó al electo su sufragio. En 810 reunió los españoles europeos con los ameri– canos de que resultó la formación del Regimiento de la Concor– dia, y fué nombrado auditor de él. En 812 se le comisionó para la recolección de todas las cédulas expedidas para América y tam– bién para promover la suscripción patriótica de mantenerse por aquellos países trescientos mil hombres para los ejércitos de la península, que en este estado le sorprendió la noticia del nombra– miento para una de las plazas del Consejo de Estado, de cuya creación no se tenía alguna en el Perú, y separado por esta razón de todas sus comisiones; le encargó el virrey Abascal facilitase el préstamo de 500 mil pesos fuertes que había solicitado de aquel Consulado y se negaba por sus anteriores donativos y escasez de fondos, lo que por su influjo y persuasión consiguió se pusiese-a disposición de aquel gobierno por dicho Consulado un milló.n de pesos fuertes de libre donativo, expresándose en la acta que dicha oblación era una constante prueba de lo reconocido que estaba el Consulado a los muchos años que despachó la judicatura de al– zadas; y últimamente dice en la relación que tomó posesión de la plaza del Consejo de Estado en 21 de marzo del año pasado, casi al mismo tiempo en que su majestad tocaba el suelo de Es– paña, y que por lo tanto ni ha concurrido a sesión alguna que pue– da haberse atraído el desagradd de vuestra majestad, ni ser ta– chado con las generales sindicaciones que comprenden a los em– pleados. Y de los informes que dice habrán remitido el virrey y auto– ridades de aquel reino a que se refiere para comprobación de sus méritos, no consta otra cosa que uno del Ayuntamiento de Lima dirigido a la Regencia en el año de 812, recomendándole muy es-

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