Los ideólogos: José Faustino Sánchez Carrión
348 AUGUSTO TAMAYO V.AiRGAS - CESAR PACHECO VELE'.Z 255 ARENGA QUE EN EL BESAMANOS DEL DIA 4 DEL CORRIENTE HIZO POR EL REAL CONVICTORIO DE SAN CARLOS SU MAESTRO DE LEYES Y CANONES, EL DOCTOR DON JOSE SANCHEZ CARRION, REGENTE DE LA CATEDRA DE DIGESTO VIEJO EN LA REAL UNIVERSIDAD DE SAN MARCOS. ¡Con qué noble orgullo se presenta hoy, Excmo. señor, el real Convictorio de San Carlos a tener parte en obsecuente cortesía! Restablecido en el goce de su antiguo lustre por el alto poder de VE. trae oportunamente a la memoria los risueños días del gran Carlos III, bajo cuyo reinado apareció entre los cuerpos literarios de la América; recuerda la clara nombradía que le dieron sus progresos durante la dominación de Carlos IV, y divirtiéndome su ánimo del infando abatimiento en que inevitables ocurrencias lo sumieron, se detiene a contemplar su degeneración, su nueva vida, tanto más gloriosa, inesperada y duradera quanto grande es el monarca, baxo cuyo imperio ha renacido, quanto ingentes los obstáculos que la avido monstruo de la tierra tiene levantados con las exacciones del erario, y cuanto fuerte, e inagotable el brazo, y la beneficencia del esclarecido xefe, a cuya presencia se halla. ¡O ! ¡Y como en vez de este respetuoso y breve cumplimiento me fuera permitido mani– festar de propósito las intensas efusiones de regocijo y de terneza que a este cuerpo agitan! ¡ Cómo significará del modo que pudie e el deleytable rapto a donde le tienen transportado su sensibilidad, y el grado de energía en que se halla exaltado su reconocimiento viéndose circundado de su primitivo explendor en el día de su santo t ut elar . . . ! Pero no .. . La ley de la etiqueta no compele a unir mis votos con los de su. brillante comitiva, añadiendo que si esta por t al f elicitación ha renovado su fidelidad y vasallaje, conforme lo exigen su carácter y su profesión, el Convictorio consagra sus ta– lentos y fatigas literar ias, y un corazon a quien no combaten sino los pungent es conatos de saber. Y si para recibir tales homenages se reviste V. E . de la excelsa representación de un príncipe, cuya corona ocupa el ámbito espacioso de dos mundos, acéptelos benigno, y al recomendarlos a la metrópoli, haga presente V. E. que aún los días del rey padre ofrecen oportunidad para que esta juventud es– tudiosa avive su lealtad y dependencia ; como que en ellos está vin– culado el preciso t ítulo de dominación sobre los otros con que impera
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