Los ideólogos: José Faustino Sánchez Carrión
JOSE FAUSTINO SANCHEZ CARRION 369 qmc10, para sostener estas bases: la obra estaba concluída. Pero, estamos en el caso de Descartes: queremos un punto de apoyo fuera de la tierra, para levantar su masa; y por más que lo deseamos, tocamos siempre con hombres, con pasiones alarmables por el ins– tinto de la opresión, y la bajeza. Apliquemos, pues, la filosofía al expediente de tan grave asunto: no nos contentemos con copiar a otros, y por propio examen, resolvamos la materia: q'ue no hay en lo humano misterio tan recóndito, que no pueda penetrarlo el hombre, y principalmente, si respecta a su dignidad, y se acerca a él de buena fé, y con ardiente deseo de acertar. Mayor es, y por la misma razón apuntada, la dificultad de contrastar el conato, que cada poder tiene hacia la arbitrariedad, euando es necesario, que obre por Sí. El mismo cuerpo legislativo, que por la circunstancia de ser el inmediato representante del pue– blo, podía aparecer en todo evento, justo y liberal, suele complo– tarse, desgraciadamente, contra éste, si para su formación, no tie– nen las leyes un sostenimiento en la reforma o contradicción de otros sufragios, que sin ser de aquel cuerpo, se consideren, como ~u complemento o parte constitutiva. La falta de e te requisito fué una de las causas, que destruyeron la convención en Francia: cuyo error vino a enmendarse todavía el año de 95: aunque en las asambleas anteriores, hubo hombres eminente , por u filosofía y por su amor a la verdadera libertad. El ejecutivo, es aún más temible, y con particularidad, en las repúblicas, en que por la comunicabilidad del poder, a expensas de bastante trabajo, puede restringírsele bajo reglas ciertas y cons– tantes. El favor popular, y la facilidad de inclinarlo respecto de cualquiera, contribuyen sobremanera a hacer esta autoridad, inde– pendiente de las leyes, adelantándose el paso, si se coloca en su arbitrio el nombramiento de todos los funcionarios. ¿No vemos posponer los hombres su existencia a su comodidad, y su honor y su reposo a un empleo ... ? ¿Los grandes partidos no provienen regularmente de los contratos facio iit facias, do ut facias, que siempre se cumplen con usura? Ninguna diligencia será, pues, ex– cesiva, para encarrilar la administración ejecutiva, que por anto– nomasia se llama el poder. Ella es el alma de la ociedad, y su belleza tanta, que arrebata los sentido . El judicial, que es el criterio de la abiduría, ju ticia, y libe– ralidad de un gobierno, tiene desembarazada la senda de la tiranía, si su responsabilidad no e realmente efectiva, y si solo compone un artículo del código, como sucede en la más constituciones. Pero, igualmente, debe ser expedito u vigor en todo lance: nadie debe salirle al atajo. Pue , si lo fuero del ciudadano on inviolable"
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx