Los ideólogos: José Faustino Sánchez Carrión

JOSE FAUSTINO SANCHEZ CARRJON 373 territorio del Perú, con trastorno de su integridad. Todo lo con– trario: una sola república peruana pretendemos pero de manera, que subsista siempre: y que, con ella, se consulten los derechos del pacto social, y las grandes ventajas de la independencia de España. La sabiduría está en determinar ese gobierno central sostenido por los locales, y en combinarlo con ellos. Apuro es ciertamente, y por eso quiso Washington que se combinaran sabiamente. Conocía este genio de la libertad dos cosas, primera: la imposivilidad de crear un estado libre, constante de muchas y dilatadas provincias, bajo el plan común de juntarlas, y con solo esta diligencia y la de pre– ferir la forma popular representativa, elevarlo a república. Segun– da : la imposivilidad de mantener su independencia y libertad por otro medio, que el que designaba, sino se desempeñaba sabiamente. "Por estos artículos, dice Morse, hablando de la constitución americana, los trece estados unidos separadamente entraron en una liga firme de amistad recíproca, para su común defensa, la segu– ridad de sus libertades, y su mutua y general comodidad; obligán– dose a auxiliarse comunmente contra cualquiera fuerza, que ame– nazare su religión, su soberanía, su comercio, etc." Así es verdad; la defensa de una nación no consiste en otra cosa, que en la multi– plicidad de elementos, combinados de suerte, q'ue cada uno obre, como si obraran todos juntos; a e to se reduce la explicación de la sentencia vulgar vis unita fortio? Pues, si cada individuo no con– septuara como suyo propio, el interés común aunque se congregara un reino entero, todo él valdría la mitad de un individuo. Pregún– tase, pues, ahora ¿si una provincia tendrá más interés, concurrien– do en favor de su metrópoli, cuando ésta es solo su señora, y no su amiga? Mas ¿si contará con mayores recursos, al presentarse con solo lo que aquella le da, o cuando lleva agregadas sus adquisiciones particulares? Para responder a lo primero, compare la señora el amor de una criada con el de una amiga; y para lo segundo, los obsequios de una vírgen de recámara con los de una tierna hija constituída en un pingüe matrimonio. De más es reflexionar acerca de la conveniencia que resulta a una familia del empeño y trabajo, que, cada miembro de ella, toma para adquirir y fomentarse. No ...algamos de ejemplos claros y perceptibles para todo . Una nación no es más, que una gran familia, dividida, y subdividida en mu– chas; cada uno saque la consecuencia, y haga las aplicaciones. Si nos convertimos a las libertades del Perú, observarémoslas perfectamente aseguradas en este sistema. La anarquía y el des– potismo, que a su vez son causa y efecto uno de otro, e en lo países libres el terrible enemigo de la libertad. Y ¿de dónde nace esta hidra? Ninguno prepondere sobre otro, hasta pisarl~ la gar-

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx