Los ideólogos: José Faustino Sánchez Carrión

382 AUGUSTO TAMAYO VA!RGAS - CESAR PACHECO VELEZ enemigo declarado de la tirania y arbitrariedad se le quiere castigar, e un atentado que llenará de infamia al Soberano Congreso, pues ti. mi solo con pensarlo me horrorizo y me confundo. Un represen– tante, padre de la Patria, debe estar desnudo de todas aquellas pa– siones que solo devoran á los que ansian el mando y el poder, para esclavizar á sus compatriotas: no crea que envanecido con la parte de soberania que tiene del mismo pueblo, puede facu1tar e para erigirse en un déspota árbitro de los destinos de la patria; porque entonces temerosa esta de sus depravados designios, disolveria en el momento el pacto, quitándolo del cargo honroso que se le había confiado, de lo contrario no seria libre, sino una esclava abatida y despreciable que se dexaba subyugar de los mismos á quienes podia e carmentarlos. Ya no e tamos en aquellos tiempos de obscuridad y barbarie, en los que el hombre ciego de sus derechos se dexaba esclavizar de cualq'uiera por la fuerza. Ya somos libres, sí; y en– tendemos bien lo que quiere decfr esta palabra. Si el ciudadano traspasa la ley, castíguesele: pero castigarlo sin ser delincuente, es mucha arbitrariedad. ¡Infeliz Perú si todos sus representantes tu– vieran unos mismos sentimientos! En breve serias el horroroso cuadro del despotismo mas encarnizado, y mas terrible todavia que en el tiempo del dominio español: pero consuélanos la consideracion de que hay espíritus privilegiados amantes de la humanidad y ce– Josos de sus verdaderos intereses : quiera el cielo desaparezcan de entre nosotros genios tan perversos, para que no digamos como Ciceron á su amigo Attico: no hay ya tirano, pero subiste la tiranía. Amigo, todc tirano que no está en los primeros puestos es un enemigo opuesto de la sociedad, y cuando los consigue, entonces ma– nifiesta todo el fondo de su negro carácter; y asi no puedo menos que llorar tiernamente cuando recuerdo que permanecen en Lima en los primeros. empleos muchos de aquellos que han dado prueb de su antipatriotismo; que fueron instrumentos serviles y detesta– bles de los Abascales, Pezuelas y Monteagudos, conformándose con todo sistema en la apariencia por sus siniestras miras, pareciéndose al Proteo de la fábula. E stos deben d st rrar ; no con ia en ellos; pues cuando meno pensemos nos. hallamos en la mas lamentable r;ituación. Estas reflexiones, amigo, consternan y entrist cen mi es– píritu, y debilitado con el rigor de la pesadumbr , ni aun ten ·o aliento para poder pros guir. ¡Ay! Pobr s pu bl s, 'i mpre ' i ' h víctima de la ambición. . . P ro, ¿por qué pen ar de sta manera cuando los Padres de Ja Patria estan trabajando por nu stro bien? ¡Quiera Dios se cumplan sus deseos! Y no seamos con el tiempo el ubjeio de la compa ion y la miseria.

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx