Los ideólogos: José Faustino Sánchez Carrión
JOSE FAUSTINO SANCHEZ CARRION 385 dadanos contra el infeliz que Ja comete. Tanto medra la opinión a la vuelta de estas calidades reunidas, tal el vulto ó magestad, que recibe en la inaminación de todos, la voz de los legisladores, Y tan extendido el poderio de la razon de obedecer. Asi que, sí se trata de poner los fundamentos a la libertad interior, si se procura con– tener en tiempo el torre- te que ha aso ado las repúblicas mas céle– bres, sumergiendolas e una servidumbre mas humillante, cual es la domestica, conviene que los ciudadanos respeten sus pactos invio– lablemente, y que de la otra parte se colmen los votos de los pueblos, e.n la inteligencia de que barrenada esta alianza, todo será confu- 8ión y anarquia. Los hombres, por desgracia, obedecen con mas exactitud al que amenaza, que al que premia, al que abusa del poder, que al que lo administra rectamente, al extraño que al de casa; siendo causa de lo primero el temor servil, que fomenta la bajeza, asi como de lo <lemas el sentimiento de evitar el daño y la propensión a la novedad, fuentes unas y otras de nuestra degradación, y de las grandes difi– cultades para el exercicio de las virtudes civicas. ¿Como un ilustre patricio que se honra con la sonrisa de un homb1·e, a quien la for– tuna elevó casualmente, podrá consagrar su corazon a la patria? ¿Como otro, que no tiene magnanimidad para sufrir una posposi– ción, será capaz de un sacrificio? ¿Y como aquel que no contempla con entusiasmo la misma obra de sus conciudadanos, la de su mis– ma nacion, será digno de titularse hombre libre? Con razon observa un filosofo, que mientras un pais no se idolatre a si mismo, está en ve1·dadera esclavitud, es decir, que entretanto no ame sus pro– pias instituciones, y adore sus leyes, nad·a podrá avanzar en su emancipación civil. El patriotismo, que importa tanto, como la afición mas pura, tierna y delicada por la conservación, felicidad y progreso de la Patria, esto es, de la sociedad de q'ue uno es miembro, no envuelve en su último análisis otros deberes que los que consigna el fructuo– so y constante estudio de sus leyes. Por existir bajo la tutela de estas, abandonaron los hombres ]as selvas y los montes: por causa de ellas sacrificaron una parte de sus holganzas; y por ellas en fin ·e comprometieron a ceder su igualdad, con resentimiento de la su– premacia individual, supremacia concedida por la misma naturaleza, y no por vanos títulos, ni despachos, que mantienen, ó destruyen las vicitudes de la fortuna, ó de la adversidad. ¿Y sinó habia de haber orden, ni provecho, para que tantas privaciones ... ? ¿Si este depende exclusivamente de la obediencia a la voluntad general, anunciada conforme al pacto de los socio , porque tamaña inconse– cuencia en nuestra conducta? Reflexionemos, pues usemos de nuestra
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx