Los ideólogos: José Faustino Sánchez Carrión
390 AUGUSTO TAMAYO VA·RGAS - Ci:.SAR PACHECO VELEZ lo Scipiones, y no se hubiera destruido la constitución, ni llegado a ser el país la presa de los barbaros. Mas, dejando a un lado estos ilustres monumentos y otros mu– cho que omitimo ¡que delicioso e para un americano el volver los ojo al desgraciado periódo de 816 y 16 ! La libertad de la region mas extendida, y su riqueza, y sus esperanzas sojuzgadas otra vez bajo las garras de tantos caribes, levantarse como en maza para sostener una gloriosa contienda, en que despues de revezes conti– !rnos, se ha puesto en estado de repeler del terreno a enemigos ague– rridos, y reconqui tar tantas veces el territorio perdido. Si hubie– ran pues seguido los patriotas el consejo y el ejemplo de los ciu– dadanos irnbeciles, y de los viles egoistas ¿hubieran organizado sus egércitos, reconquistado tantas provincias, formado us gobiernos y promulgado leyes sabias? ¿Se hubiera instalado nuestro Congre– so, tan suspirado por los buenos, quien a la orilla del precipio mismo comenzo sus tareas, que serán las que hagan firme y dura– dera nuestra libertad? Si hubieramos sido insensibles a los ultra– ges de la antigua dominación, tendriamos, no hay duda, cultivados nuestros campos, y en corriente nuestra minas, concediendo que no se hubieran transportado sus frutos a alimentar exclusivamente esa madrasta ingrata: no se hubiera inundado el suelo americano con la preciosa sangre de sus habitantes; pero tendriamos sobre nosotros tiranos de un poder absoluto e ilimitado; nuestras propie– dades y nuestras vidas, se irian inmolando, sin cesar, por su tran– quila crueldacl a su ambición desenfrenada; y mofados constante– mente, eríamos ante un español, lo que un siervo humilde ante un amo orgulloso. Y bien ¿el sufrimiento de una série de males incalculables, y que jamas habian de terminar, podra compararse con las privacio– nes que üae una guerra justa y gloriosa? ¿No es mejor pelear ani– mados dr. la cólera de nuestra sagrada causa, como hombres que no tienen otro bien que su libertad, y la de las futura generaciones, que tomar las armas con la timidez de un esclavo, para morir sin gloria y sin virtud? Que corra la sangre ... ! que sobre esta angre de lo martires de la Patria, se levantará el glorioso y magnífico edificio de la felicidad de nuestros nietos, aunque sea a costa de 11uestra exi tencia. ¡Gloria eterna a los dignos Diputado que en medio de la pobreza y las privaciones han organizado el gobierno, y con el dado energía y vigor nuestro eg'rcito ! Porque e demo - trado, que no puede existir un egército bien disciplinado y a ·ue– rrido, cuando las órdenes dimanan de una autoridad imbe il o co– rrompida.
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