Los ideólogos: José Faustino Sánchez Carrión
JOSE FAUSTINO SANCHEZ CARRION 393 trados estaban de esta dignidad los romanos, y acaso no, ha habido en el mundo nacion mas zeloza de lo apices que envuelve ¡Pero nosotros ... ! En primer lugar, hemos heredado de nuestros antiguos señores el detestable espíritu de preten erlo todo, y de con iguiente, todas las formas de que es preciso vestirse para conseguir el fin, conviene a saber, la bajeza, la adulación y el modo de congeniar con las fla– quezas del que puede o debe conceder la gracia, creyendonos apto: para todo, poco premiados con cuanto nos den, y dignos del empleo mas eminente, aunque falten aptitudes~ y por mas que la comuni– dad se perjudique con nuestra colocación. De que se infiere, que aun pospuestos con justicia, nos damos por mal servidos, maldeci– mos el sistema, concibiendo que el único conveniente es aquel en que nuestro amor propio saca todo el partido posible. Es verdad, que tal defecto proviene del caracter peculiar de los gobiernos.. En las monarquías e procura adormecer a los vasallo.3 con tenerles la esperanza colgada de la real bondad, la que no se digna comunicarse sino mediante un humilde ruego, a impulsos de vergonzosas y degradadas solicitudes. De aquí el aguij on de las pretensiones, y todo ese conjunto de medios indecentes que obtiene los destinos, y eso que llaman honor los esclavos de los reyes. ¡Infe– lices equivocaciones ... ! ¡Renunciar la calidad de hombre por la de poco menos que bestia! Tal es quien prostituye los derechos que recibió de la naturaleza; bastando una rafaga de razon para co– nocerlos. ¿Qué hombre de buen sentido no vé con el mayor desprecio a un bajo pretendiente? Todo es ridículo en él.: su lenguage cortado por necesidad a proporción del aislado asunto, que le conduce ante un señor, que se envanece con repartir mercedes: su animo difun– dido en afectos contrarios, pero todos exitables contra su mismo padre, si de ellos depende el exito de la suplicación; y sus movi– mientos en otro caso indiferentes del que manda. Tal cuenta le tiene todo esto a un gobierno puramente fundado sobre derechos individuales, y tanta la mengua a que se expone quien desea ase– gurar su sub i tencia por medio de un sueldo. Mas en la republica debe ser todo lo contrario. 19 Los empleos han de graduarse por la necesidad de ella, y por los verdaderos merecimientos del q·ue lleg·a a obtenerlo . 29 El gobierno está en obligacion de solicitar a los ciudadanos para que los sirvan, guardando una rectitud y justicia tan calificada, que el mas leve descuido en esta parte es un delito de lesa ciudadania. 39 Debe tenerse a la vista en toda provision un censo calificativo de los servicios y aptitudes respec– tivas. 49 Jamás mantenga la república en su lista otros individuos,
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx