Los ideólogos: José Faustino Sánchez Carrión
u94 AUGUSTO 1AMAYO VMCAS - CESAR PACHECÓ VELEZ que los necesarios al servicio de ella. 5<.> Debe subsistir como un veto eterno toda peticion, empeño o manifestacion agonizante de querer ser, y figurar; siendo por la inversa motivo desicivo sobre las demas cualidades, para destinar a un ciudadano, su moderacion y probada presindencia de este linage de solicitudes. Parecera dura desde luego e ta conducta; mas es una conse– cuencia natural del régimen prescripto. La misma voz Repú blica induce a prefijarla, respecto de que en la comunidad o sea mas bien en el manejo de ella, nadie debe ser llamado por propio sufra– gio. Eso esta reservado a las monarquías en donde prevalece la co– modidad particular; en que los reyes distribuyen premios no por razon del precomuna1, si olo por sostenerse contra este mis– mo. Y si no ¿Qué gobierno ha creado mas empleos, y en ellos mas arbitrios de coactar brillantemente las voluntades de los subditos? El monarquico sin disputa. ¡En qué instituciones se fomenta el espíritu de pretender? En aquellos que emanan de la voluntad regia. Acabamos de ver con escandalo en nuestro pais puestas en practica semejante formas ¡O q'ue necio, que injusto, y que tiranico e el poder que autoriza tales medios de conseguir ... ! ¡ Qué ridiculo, qué indecoroso para el mentecato que se honra, y se sobrepone, y se engrandece con un empleo pedido con bajeza, soli– citado con ansia, y concedido con desprecio! ¡No quiera el angel tutelar que vela sobre los destinos de la república, pise en adelante su territorio esta especie de suplicantes, esta turba de mendigos del favor, esta porcion de decantadores de su propio mérito! Pero, aun hay otro clasico defecto en nuestras costumbres, y este consiste en imaginarse infeliz todo el que no inviste bien la toga, bien los habitas talares, bien los bordados, bien otras insig– nias que significan honra y provecho. De que nace, que el comer– ciante, el menestral, y el agricultor son los jornaleros exclusivos de estos señores, gravando por con iguiente sobre una tercia parte de l::i ciudad las otras ·dos; lo cual es atacar en su esencia la industria, el comercio, la riqueza en fin de la república. Conviene ya renun– ciar a preocupacione emejantes, y tener muy en la memoria, que solo el trabajo y la ocupación personal multiplicada en razon de las aptitudes y de las necesidades comunes, producen las ventajas na– cionales. Ojo a las potencias que ocupan hoy el último grado de la escala política: tornar la atención a nuestros hermano del norte, apartandola para siempre de los establecimientos goticos. Con esto solo, y el reflexivo examen, y el conato de ser utiles al pais que no ha dado la exi tencia, eremo mulado de lo mi m s que ante nos mandaron. Finquemos nue tra randeza en traer un vestido llano y sin mas insignia que Ja de la honrad z, la d la deli adezG
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx