Los ideólogos: José Faustino Sánchez Carrión

JOSE r=AUSllNÓ SANCHEZ CARRION 583 gos, esperando que los que nos habian buscado tan resueltamente aprovecharian la ocasion que se les presentaba de lograr sus deseos, ó que viendo nuestra fuerza de caballeria sobre ellos, compromete– rían una accion para alvar el todo de su ejército. Sea correspon– diendo a estos cálculos, ó por una ciega confianza en su caballeria, los enemigos cargaron la nuestra en una situacion bien desventa– j osa para nosotro : el choque de esto do cuerpos fué tremern;:lo; y al fin despues de diferentes conflictos en que ambas partes logra– ban la ventaja, la caballería enemiga aunque superior en número y mejor montada que la nuestra, fué completamente desordenada, ba– tida, y acuchillada hasta las mismas filas de su infanteria, que du– rante la accion continuaba su marcha ácia Jauja, y se hallaba muy lejos del campo cuando aquella se decidió. Nuestra caballeria ha. mostrado un arrojo que mi pluma no alcanza a espresar, y que solo puede concebirse recordando los siglos heroicos. El resultado de esta brillante jornada ha sido el de dosciento.., treinta y cinco muertos en el campo de batalla entre ellos diez jefe y oficiales, mas de ochenta prisioneros, muchos heridos, y una infi– nidad de dispersos. Se han tomado mas de treciento excelentes caballos aperado , y el campo de batalla está cubierto de toda clase de despojos. Por nuestra parte hemos tenido fuera de filas sesenta muertos y heridos: entre los primeros al capitan Urbina de granada.ros a caballo de Colombia, y al teniente Cortes del primer Regimiento de caballería del Perú: entre los segundos al bizarro jeneral Neco– chea con siete herida aunque ninguna de cuidado, al Señor coronel Carbajal de granaderos a caballo de Colombia, al comandante So– bervi del segundo escuadran del regjmiento del Perú, al sargento mayor Felipe Brum, y al capitan Peraza ambos de la caballeria de Colombia; el primero y lo do8 últimos levemente, y el segundo de alguna gravedad: entre la tropa hay pocos de riesgo. Ayer se hubiera concluido la guena del Perú, i la infanteria enemiga no hubiera continuado incesantemente su marcha al trote, y si la nuestra hubiera podido volar, como era necesario para alcan– zarla; por que todos ardían en deseos de destruir a lo enemigos. Estos han quedado enteramente escarmentados, y su terror llega al estremo de que desde la madrugada de ayer no han dejado de marchar ni aun en la noche. Mañana continúa el ejercito us operaciones, y me li onjeo de que muy pronto fecharé a U. S. mis comunicaciones desde el valle de Jauja.

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