Los ideólogos: José Faustino Sánchez Carrión

596 AUGUSTO TAMAYO VARGAS - CESAR PACHECO VELEZ de su escuadra al mando del benemérito señor Almirante Blanco. Pero, si hemos de hablar con propiedad, Colombia en sus rela– ciones con la República no debiera de pertenecer a país extraño. Tal ha sido su interés en nuestra salvación. Desde el venturoso día en que se comprometió a esta obra por la palabra del Liber– tador, no ha habido género de sacrificios que no haya empleado eficazmente en nuestra defensa. Colombia, señor, semejante a un padre que teniendo un hijo único muy querido, en la cautividad no perdona medio para libertarlo, ha procurado la independencia del Perú. El istmo de Panamá ha hecho grandes servicios bajo el gobierno del general Carreño, y el pueblo de Guayaquil, donde se han elaborado todos los elementos de la destrucción de los enemigos, y donde han volado con el rayo en la mano los libertadores, debe ocupar el corazón del Congreso. El celo, la constancia y el interés vital del General Castillo, intendente de aquella provincia, son tan notorios, que creo excusado decir. deben ser objeto de una aten– ción muy señalada del Congreso; sin la presencia del General Cas– tillo en Guayaquil no se habrían hecho tantos esfuerzos. Se ha conservado en Chile un Ministro Plenipotenciario, que ya se ha mandado retirar. En Buenos Aires hay un agente, por lo que pudiera convenir a las tierras altas del Perú. Y generalmente hablando, el Congreso puede tener grata satisfacción de enterarse de todas las secciones independientes, y entre ellas con mucha par– ticularidad, las Provincias Unidas del entro y los Estados Unidos :Mexicanos, están en buena inteligencia con la República. Los Es– tados Unidos tienen en ella un cónsul; e igual representación ten– dría el comercio británico, si no hubiese ocurrido la de,sgracia que se ha comentado con la muerte del señor Rowcroft. El agente que tenemos en Londres está exclu ivamente facul– tado para intervenir en el empréstito que aprobó el Congr o, y con cuyo beneplácito se encargó de este negocio. Y por lo que toca a los señores García y Paroisien, no tienen carácter alguno para la revocación de sus poderes, de que está bien informado el Conrrr so y por las expresas órdenes del Gobierno, que mandándoles entre– gar al señor Paris Robertson todo lo relativo al empréstito en que les había quedado intervención, mientras fué el encargado que se cita, están separados de toda inteligen ia diplomática con respecto al Estado. Al arribo del Iltmo. Vicario Apo tólico don Juan Musi al E ta– do de hile, y el deseo de regularizar varios punt pendientes en cuanto a la disciplina eclesiástica, obligaron al Gobierno a entrar

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