Los ideólogos: José Faustino Sánchez Carrión
JóSE F'AUSTINO SANCHEZ CARRION 39 fotógrafo, para los efectos del descubrimiento del paradero de los restos del citado eminente hombre público que a sus merecimientos de patriota unió los de su connotada inteligencia a que lo llevaron, bien joven aun, a los más encumbrados cargos, tales como la de Decano de la Corte Suprema de Justicia y Secretario de Estado en el Departamento de Gobierno y Relaciones Exteriores. Al servicio de tan honrosa comisión puse toda mi voluntad; pero, desgraciadamente, las condiciones del viejo panteón de Lurín, adya– cente a la iglesia, por sus costados derecho y posterior, no me per– mitieron dar una feliz cima al anhelado fin que abrigaba. En efecto: el cementerio que me ocupa, está abandonado desde hace tiempo; en él no existen ni han existido, según las trazas, nichos murales, y en toda su extensión está cubierta de tierra suelta en una altura de medio metro aproximadamente. Este inconveniente (primero con el cual tropecé) me hizo dirigir un telegrama anun– ciándole que había emprendido la búsqueda de tan preciosos restos; pero con poquísimas, o acaso ninguna, esperanza de hallarlos. De otro lado, no hay en el citado pueblo, gente disponible para labores de excavación, pues los habitantes dedicados a las faenas agrícolas de la zona, desde muy temprano, hasta entrada la noche, abandonan sus habitaciones para laborar en los fundos circunvecinos. Esto no obstante, en la misma noche del día de mi llegada me entrevisté con el Alcalde Municipal, entregándole el pliego firmado por usted para que nos diera a los de la comisión, por su autoridad administrador del cementerio, upuesto que allí no existe Sociedad de Beneficencia Pública, facilidades para llenar nuestro cometido. Otra nota, también de usted, e igual a la anterior, que llevé para el párroco de la doctrina, no pudo ser entregada a consecuen-– cia de no encontrarse en la localidad, sino en esta capital qicho funcionario eclesiástico. Al día siguiente de mi arribo al pueblo antedicho, esto es, del mes y año citados, y muy de mañana nos constituimos los de la comisión el Alcalde y el Jefe de la Recaudadora de Impuestos, señor Minin, en la necrópolis expresada y con el auxilio efectivo de un hombre del pueblo que con gran trabajo consiguió el señor Alcalde, se empezó la búsqueda de los restos del prócer. Sin asomo de ninguna inscripción en los muros del cementerio y no obstante una inspección detenidísima de parte de todos los que allí nos encontrábamos, procedimo , de común acuerdo, a la aper-· tura de una barbacoa visible en el obrepiso del panteón ; hechas de adobe y cuyas boca tapada con el mi mo material, no daban señal,
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