Los ideólogos: José Faustino Sánchez Carrión

40 AUGUSTO TAMAYO VARGAS - CESAR PACHtECO VELEZ la más mínima, que pudiera ervirnos de orientación, siquiera ini– cial, en nuestra labor. Se extrajo tres ataudes, depositados en igual número de las anotadas barbacoas, únicas ocupadas pues dos o tres adyacent es a ellas, estaban vacías. Inquiriendo en los tres cadáveres, obtuvimos el resultado si· guiente: uno de ellos de sexo femenino; otro en un estado de suma pobreza en sus vestimentas funerales, y por último, un tercer cadáver muy bien conservado y que sus ropas nos dió la impresión de que correspondiera al buscado. Sobre este último cadáver hicimos una serie de investigaciones. Examinando las ropas interiores que lo envuelven y que correspon– den a una sotana de botonadura corrida, y a una camisa de las que se usan para dormir, hecho de género blanco de hilo con sobre– pechera de tira bordada, prenda que conserva aun no solamente su color blanco amarillento por el tiempo y la natural descomposición del cadáver, sino hasta una relativa constancia, pudimos constatar que no existía cifra alguna de inicial correspondiente al cadáver; pero en nuestro afán de comprobar debidamente los restos que a primera vista aparecían ser, repito, los del malogrado doctor Sánchez Carrión, abrimos dichas ropas y examinamos la caja toráxica y la región abdominal, encontramos que la piel estaba toda intacta y sin señal alguna de autopsia, pues no hay solución de continuidad ni vestigios de puntos de suturas. El cráneo perfectamente envuelto en su propia piel está igual– mente intacto y estas observaciones nos indujeron a desistir de nuestra primitiva idea de hallarnos en presencia de los respetables despojos requeridos, basándonos en el hecho histórico de que a la mu@rte inesperada del doctor Sánchez Carrión, el Libertador on Simón Bolívar, que en grado sumo distinguía al señor Ministro de Estado, seguro de los valiosos méritos, y ante lo inesperado de su muerte, que se temió fuera debida a manos criminales, dispúsose la autopsia y el embalsamiento de restos tan caros; operación cien– tífica para la cual, si no la apertura del cráneo, debió procederse, indudablemente, a la de las regiones toráxica y abdominal, para el examen de vísceras y líquidos consiguientes, toda vez q'ue esLe pro– cedimiento científico, usado siempre para precisar la causal de muer– te, cuando no hay señales exteriores inequívocas. En la "Gaceta de Gobierno" N9 57, tomo VII, correspondiente al 23 de junio de 1825, y en la página 4, se encuentra insertado un artículo necrológico exaltatorio de los méritos del difunto doctor Sánchez Carrión, cuyo último párrafo dice textualmente: "Su ca-

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