Los ideólogos: José Faustino Sánchez Carrión
JOSE FAUSllNO SANCHEZ CARRION 53 peligrosas, respecto de que, en este acto, el más infeliz del pueblo se considera igual al hombre de la mayor calidad y carácter, lo que me ha confirmado el concepto en que siempre he estado de que esta Capital es incapaz de revoluciones contra su legítimo gobierno. Entre los individuos de la lista citada arriba hay de todos los estados y clases; a los más de ellos no conozco; a pocos he tratado y de uno u otro he oído hablar con poca estimación, pero, como ha dicho a V. E. que no formo dictamen de justicia por dichos referen– tes de otro, los que tiene muy poca recomendación en el Derecho, sino por hechos que convenzan del delito, los he oído con desprecio. Este es el concepto que he formado, según mi conciencia, sobre lo ocurrido en estas Juntas Electorales, en las que todo se ha redu– cido a unas vocerías de ningunas consecuencias que nos pudiera dar cuidado, siendo prueba de esta verdad que el pueblo ya no habla de ellas; que es cuanto puedo informar a V. E. en este delicado asunto.– Lima, 16 de abril de 1813.- El conde de Valle de Oselle". (En: PACHECO VELEZ, César, Las Conspiraciones del Conde de la Ve– ga del Ren y en EGUIGUREN, Luis Antonio, Sánchez Carrión. Ministro ge– neral de los negocios del Perú. Lima, 1954, t. I, pp. XIV-XV). 22 Excelentísimo Señor.- En fecha 29 de diciembre del proximo pasado año me dirixio V. E. oficio con el mismo objeto del que al presente contexto: expuse por entonces lo que me pareció prudente y oportuno en aquellas circunstancias asi mandando V. E. se agre– gue se excusa el fastidio de la repetición, contrayéndome por lo tanto a sólo lo que de nuevo se añade en el del día. Es muy notorio que el mal de la inquietud ha cundido con una rapidez funesta, y que es de inevitable necesidad (folio 2) imposibilitar a los que se recono– cen por sus autores el que propaguen semilla tan homicida. V. E. indica que tal ha sido al parecer de la junta de guerra, y el mismo ha de ser de todo honrado patriota, amante del orden y la subordi– nación sin que para mantenerla sirvan de trabajo los pasos y trá– mites de las ocurrencias ordinarias. De los sugetos que V. E. me indican tengo por perjudicadísimo al Chileno D. Manuel García empleado en las Caxas Matrices y en menor grado a Don Santiago Manco, D. Francisco Colmenares y su hijo D. N., al Arequipeño D. Francisco Paula Quiros y al Quiteño D. Fernando Lopez; de todos los demás no tengo datos tan posi– tivos en que afianzar mi dictámen, aunque la voz pública y común
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