Los ideólogos: José Faustino Sánchez Carrión

JOSE FAUSTINO SANCHEZ CARRION 5 deración que en medio de los combates, respeta, protege nuestras leyes y les eleva el primer temp10 que será un monumento perpetuo de su generosidad y su gloria. ¡Destructores infames! mirad el pri– mer ensayo de aquella autoridad sin límites que el Pueblo le ha con– fiado, y de la que usa tan sólo para hacerlo feliz. Postraos delante de este santuario de la ley, en uyo pórtico se escribirá para las generaciones futuras, BOLl AR EN MEDIO DEL TUMULTO DE LAS ARMAS FUNDO ESTE ASILO A LA JUSTICIA. El Señor Ministro General de Estado de la República Peruana Dr. Don J·osé Sánchez Carrión, después de haber recibido el jura– mento de los Señores Presidente Dr. Don Manuel de Vidaurre, vo– cales Dr. Don Gregorío Luna Vilianueva, y Don Francisco Javier Mariátegui, y Fiscal Dr. Don Gerónimo Agüero, pronunció el si– guiente discurso. En: Gaceta del Gobierno, Num. 19, Tom. 6, (Trujillo), Sábado 8 de mayo de 1824, p. 2. 275 Doc. N9 7 DISCURSO DE SANCHEZ CARRION EN LA INS'l1ALACION DE LA CORTE 8U.PElüü.K D~ JU:S'l'lCIA lJE TRUJILLO SEÑORES.- Cuando los Escados son dirigidos poi· hombres eminentemente extraordinarios, suelen tener la f 01tuna de ver en su seno instituciones, que aun en el curso natural de los negocios, pertenecen a la sazón c..te paz. l.!..:l Peru, víctima de 1a traición mas aleve que puede contemph.trHe en la historia de las revoluc10nes, no es hoy más que un extendido campo de batalla: tiranos forzosarrnm– te obstinados en aherrojar todo un hemisferio, y ciudadanos, que han jurado preferir la muerte a las cadenas, mantienen en el mayor ardimiento unas contra otras las provincias. De manera que, cua11- do l~ libertad acogida a la protección de legiones vencedoras, ha convertido en el norte todos loB hombres en soldados, y en elemen– tos de guerra las cosas mismas que en otros tiempos simbolizaban la paz; y cuando, por la naturaleza del poder con que la nación ha investido a la suprema autoridad que hoy l'íge al .Bjstado, no pudiera haber más ley que su voluntad, más fallo que el de su palabra, ni más justicia que la de su espada: la mano fuerte del DICTADOR DEL PERU levanta en este día un templo a la Justicia, consagrando

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