Los ideólogos: José Faustino Sánchez Carrión

1 290 AUGUSTO TAMAYO VARGAS - CESAR PACHECO VE:LEZ la confianza del Gobierno, donde han sido necesarias estas provi– siones, y ya, por que estos curas propios, se han considerado a pro– pósito para llenar aquélla, como sucedió por ejemplo, en el Curato de Pachas con don Pablo Marticorena. V. S. l. sabe muy bien el influjo de los párrocos en sus feligre– ~ías, siéndome muy doloroso decir a V. S. l. que a muchos de ellos, debe grande retraso nuestra causa. Ellos han sabido acomodarse a las miras españolas, hasta el caso de haber abandonado su rebaño por seguir al ejército enemigo, confiados muchos de ellos en Mitras y Canongías. Bien sabe el Gobierno Supremo, que en esa capital, hay varios cur.as, unos que se han declarado abiertamente por los españoles, y otros cuya conducta está en duda, resultando de todo que a V. S. I. cumple hacer la indagación más circunspecta y detenida, para pro– veer a su regreso, pues sería muy doloroso que dejan~o el Ejército Libertador las provincias atrás, viniesen algunos españoles de lo~ enemigos a perturharnos con sus sugestiones peligrosas. Yo lleno mi deber con reenr.argar altamente a V. S. l. este negocio, que de cierto, puede ocasjonar muchas incomodidades, si hay la más pe– queña condescend~ncia. Ha variado el Teatro y ahora todos apare– cerán patriotas, presentando informes y otras supercherías, con que se trata de alucinar en tales casos. El Gobierno Supremo, considera con mucho respeto todo lo que tenga relación con la autoridad del Santuario; pe~o al mismo tiem– po, no podrá desentenderse de poner remedio en todo aquello, q~e bajo este velo inquiete la paz pública.- Dios, etc.- J. S. C. Nota.- La lista que se cita se halla archivada en este Minis– terio, en el Legajo del Estado Eclesiástico. (En: EGUIGUREN, Lujs Antonio. Ob. cit., T. II. pp. 191-192). 676 GRAVAMEN A CURAS DE PROVINCIAS DE CONCHU~OS Y OTRAS Circular NQ 58. Huamanga, setiembre 27 de 1824. Al lltmo. Señor Gobernador Eclesiástico del Arzobispado. Habiéndose necesitado grandes auxilios para sostener al ejér– cito, ha sido indispensablemente necesario gravar algunos curas de