Los ideólogos: José María de Pando

JOSE MARIA DE PANDO V. S. ha sido elegido por el Consejo de Gobierno para de– sempeñar esta honrosa é importante . comisión; y de las luces, sagacidad y acendrado patriotismo, que le distinguen, deben aguardarse los resultados más felices. En esta persuasión, S.E. me ha encargado que redacte las siguientes instrucciones, para que, segun ellas, dirija V. S. sus procedimientos. Seria ocioso detenerme á indicar á V.S. que, apenas llegado á Chuquisaca, pase una nota al Ministro encargado del despacho de Relaciones Exteriores participando el carácter de que va re– vestido y el objeto de su misión, y que en seguida visite á dicho funcionario. Bastará encargar á V. S. que en la audiencia que obtenga del gefe del Poder ejecutivo, pronuncie una arenga aná– loga á las circunstancias: felicitando á Bolivia por su adopción en la gran familia americana, y por la singular dicha de tener al Libertador por padre y legislador; manifestando el sincero y pro– fundo interés que toma el Perú en la consolidación y prosperidad de aquella República, fundadas sobre el orden, reposo, y respeto á las leyes; y protestando los deseos que abrigamos de estrechar cada dia mas los vínculos de toda especie que nos unen á los Bolivianos, en cuya independencia y libertad hemos tenido tan gran parte, tanto por medio de las armas, como por nuestro franco y amistoso reconocimiento de su existencia política. Este mismo lenguaje deberá usar V. S. constantemente en sus conversaciones con toda clase de personas, cuidando mucho de formar relaciones con lqs mandatarios del Gobierno, Diputa– dos á Congreso, escritores publioos, y cualesquiera otros sugetos de influencia, por su carácter o ilustración. El objeto de esta prevención es bien obvio. Para que las na– ciones sean respetables á los ojos de las demas, y posean recur– sos que garantizen su estabilidad y con ello la dicha de los indi– viduos que las componen, los inmensos territorios sirven mas bien de obstáculo que de ventaja: lo que se necesita es, como V.S. bien sabe, población proporcionada y contigua, capitales cuantio– sos destinados á la industria en sus varias ramificaciones, cono– cimientos útiles generalmente esparcido¡;, y facilidad de tratos y de comunicaciones rápidas. Y esta respetabilidad, apoyada en tales elementos, debe buscarse con ánsia y tesón, so pena de ser eterno juguete de las potencias extranjeras, y de someterse á sus caprichos imperiosos, y á la versatilidad de sus miras políticas. Ahora bien: parece que no puede haber hombre alguno im– parcial y despreocupado que no conozca que el alto y el bajo Perú en su actual estado de separación y de aislamiento, se hallan á una

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