Los ideólogos: José María de Pando

194 JOSE MARIA DE PANDO suplemento digamos con que ocurrir a los gastos de la comision y de los diez jovenes peruanos, no hayamos encontrado una sola casa dispuesta a servirnos. Prevalece la idea de que los estados americanos no tienen como pagar los intereses de los pasados em– prestitos sino levantando otros nuevos: y cuando han visto que Megico ha enviado materialmente dinero para llenar sus dividel1- dos, han dicho que ese dinero fue mandado astutamente de Ingla– terra, de los productos del emprestito, para engañar a los incautos, y hacerles cree que provenia de los recursos interiores de aquel pais. No pudiendo, pues, conseguirse aqui nuevos fondos y siendo nulos los que debieron restar de los dos emprestitos anteriores co– mo lo vera V. S. por nuestros oficios y observaciones de 6 y 30 de Junio dirigidos al presente, nos es preciso reiterar el contenido de los de 2 y 20 de Marzo, 12 y 15 de Abril y 15 de Mayo por lo que respecta al mas pronto envio tanto de los dividendos como de las asistencias de la Comision. Deciamos en ellos que el valor de los dividendos en cada semestre seria de unos 250,000 pesos porque aun no estabamos ciertos de que se hubiesen emitido todos los bonds del 2? emprestito. Mas habiendo sido asi desgraciadamente suben a ~54,480 los dividendos; a saber f36,000 por el primero Y -E 18,480 por el segundo. Nada podría sernos tan satisfactorio como que el Supremo Gobierno conformandose con lo que le espuso Mr. Robertson en 8 de Agosto y mas terminantemente en 2 de Diciem– bre ultimo hubiese dispuesto la remision de los dividendos que de– ben pagarse en el proximo Octubre. Pues lo que nosotros hemos añadido despues sobre lo mismo no podra tener su efecto hasta fi– nes de este año, mientras llegan los avisos se colecta y viene el dinero. Tememos mucho que suponiendose alla que podamos re– caudar los fondos restantes de los dos emprestitos o lograr el pro– yectado, se haya creído escusado tomar ~edidas para tal remesa. Mas si no lo vemos en todo Setiembre ya estamos resueltos a ir a escondernos en un rincon del continente huyendo de la tempes– tad que descarga contra nosotros. La razon de recien llegados nos sirvio de alguna defensa por Abril mas ella no valdra para Octu– bre, en que los accionistas urjidos de las crecientes calamidades del tiempo, de la falta de dos pagos, no repararan en las dificul– tades que opone la distancia a que se halla aquel país, para que nuestras diligencias hayan podido ser eficaces dentro de ese termi– no, Y cuando menos nos haran el cargo de indiferentes a la suer– te de tantas familias que viven de los intereses de un capital im– puesto por auxiliar al Perú. Nosotros, pues, tomaremos el parti– do e.stremo de retirarnos, pues aqui no haremos mas que solemni-

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