Los ideólogos: José María de Pando

CARLOS ORTIZ DE ZEVALLOS PAZ SOLDAN 209 minan oon un paso igual. Se puede decir con toda verdad que pa– gos oportunos y remesas en dinero importan mas que todas las victorias de Junin y Ayacucho. Esta nota va suscrita por mi solo, por que mi compañero el Sr. Paredes se halla en Paris. Este viage se proyectó con el objeto de observar si se podria en el continente proveer con menos difi– cultades a la subsistencia de la Legacion y a la costosísima educa– cion de los diez jovenes que estan a nuestro cargo. Hasta aora el credito personal de uno de nosotros ha proporcionado medios aun– que escasos para vivir; en adelante no queda este recurso; y si no tienen efecto los que se promueven aora, sera preciso someterse a la dura, estrema, pero necesaria resolucion de volverme. Esta suma estrechez de recursos nos inabilita para todo, de otra manera Mr. Robertson y Mr. Kinder nos habrían burlado me– nos; y el intrincado asunto de las cuentas de los pasados empres– titos estaria ya mas expedito si hubiesemos tenido posibilidades de hacer gestiones de toda clase, desde que conocimos que eran infructuosas las de amistad y comedimiento. Esta situacion en ningun tiempo es mas importuna y sensible que en las presentes circunstancias, las mas favorables, sin duda alguna, a la causa del reconocimiento de los Estados Americanos. El establecimiento en Portugal de una constitucion bajo principios bastante liberales ha dado un impulso estraordinario a la revolu– cion que habían hecho en la política europea la total y gloriosa in– dependencia de America, la muerte de Alejandro, y la impotencia o nulidad de España. Es indudable que todo nos seria facil si el Perú y los demas Estados se presentasen en estas circunstancias con toda la dignidad de una nacion bien constituida bien adminis– trada y con credito respetable entre los estrangeros. La constitucion de Portugal en ninguna parte ha ocasionado una conmocion mayor que en España como era natural. Esta po– bre nacion se halla en el dia en un estado de disolucion; tal es el fermento de elementos contrarios que se agitan en su seno. Ante– riormente hemos hablado de este asunto, aora solo añado que los males de España crecen cada dia; los partidos se enfurecen mas con la persecucion; los cuerpos militares de mayor confianza de sertan a Portugal, y no seria estraño que rompiese una guerra en– tre los dos; a lo menos ya empiezan a mirarse y tratarse como ene– migos. No puede ser que los gabinetes de Inglaterra y Francia de– jen de tomar parte en esta agitacion; entonces España de grado o por fuerza entrara en la senda que le prescriban; y toda la ven– taja que sacara de estas transacciones sera el evitar la verguenza

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