Los ideólogos: José María de Pando

CARLOS ORTIZ DE ZEVALLOS PAZ SOLDAN 9 dentes del tiempo en que el General San Martín emprendió su ex– pedicion libertadora; y todos los dias vé acrecentarse la masa de sus obligaciones, por mantenerse fiel á los principios rigurosos de la buena fé, reconpensando á los que coadyuvaron á una empre– sa de cuyos retardados pero felices resultados goza ahora tran– quilamente Bolivia. Se trata pues de calcular aproximadamente, por medio de un arbitrage privado, qué parte de estas sumas de– berá reembolsarnos aquella república, como indemnizacion parcial de tantos males que hémos soportado, como indispensable auxilio para hacer frente á nuestros empeños, y satisfacer á nuestros acreedores. Si, por ejemplo, indicásemos la cantidad de cinco 6 seis millones de pesos, no creemos que deberia ser refutada sino como inferior á la que correspondería en rigor de liquidacion: sin mas que recordar, despues de los gastos hechos recientemente por el Egercito unido libertador, las costosas expediciones de los Ge– nerales Santa Cruz y Alvarado emprendidas para libertar al Alto Perú, y las ingentes sumas que hemos pagado, y que debemos to– davía á la República de Colombia por útiles y pertrechos de gue– rra, y las no menos considerables que hemos satisfecho y satisfa– rémos por ajustes de sueldos y premios militares. Los frutos de tantos sacrificios los ha recogido tambien Bolivia: la justicia pide que soporte su parte de carga, aun prescindiendo de las conside– raciones de la gratitud. Lo dicho concierne al reembolso de gastos antiguos y, por decirlo así, generales; pero tenemos tambien algunos creditos par– ticulares y recientes que reclamar del Gobierno de Bolivia, los que deben constar de la Nota que acompaño á V.S., afin de que pro– mueva eficazmente su pago, asi como el de la cantidad á que as– ciende el libramiento t ambien adjunto que ha sido suplido á la Legacion Boliviana en el Perú, y de la cual podrá V.S. hacer uso para atender á sus gastos. La correspondencia de V. S. con el Ministerio de mi cargo de– berá ser tan frecuente y circunstanciada como reclama la natura– leza de los negocios que se versan. Y aun en caso de que ocurrie– se algun acontecimiento de gran magnitud, algun incidente intere– sante, cuyo pronto conocimiento importase al Gobierno, encargo á v.s. que despache á un propio, en tales casos, con la posible celeridad, encargando á los Prefectos le hagan prestar preferen- tes auxilios. Por último recomiendo á V. S. eficazmente, que trate al Gran Mariscal Sucre con todas las atenciones y respeto que reclaman las recomendables y altas prendas de que se halla adornada su

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