Los ideólogos: Juan Pablo Viscardo y Guzmán

e I CÉSAR PACHECO VÉLEZ En .el clima de la ilustración católica que caracteriza a la Toscana de fines del XVIII en que Viscardo vivió toda su breve edad madura, re– salta ese propósito de armonizar las exacerbadas exigencias del filosofismo con la tradición y la vida de la Iglesia. En ese ambiente de su nunca des– mentida ortodoxia católica debió asimilar ViscaTdo a autores italianos co– mo el antijansenista Ludovico :Muratori, y con mayores precauciones, a Gaetano Filangieri, autor influído por Montesquieu y cuya gran obra in– conclusa La ciencia de Ga legislación se publicaba en Nápoles en los años que seguramente coinciden con los de mayor inquietud intelectual en Vis– caTdo. En esa obra de tanta difusión e influencia europea, Filangieri habfa escrito palabras aleccionadores sobre el tema del alegato de Viscardo, pues bajo el impacto de la reciente revolución norteamericana había dicho: "Por qué consideran siempre (las potencias europeas) la revolución de América como un castigo de la altanería inglesa; por qué no prefieren ver en ella una lección terrible paTa todas las potencias que se reparten el botín de este enorme país? ¿Aguardarán hasta ·que una causa común haga común a todos. . . esta desgraciada catástrofe?. . . El momento de este aconteci– miento es incierto, pero inevitable si no ·se mejora este falso sistema" 147 . A ese ambiente ideológico del norte de Italia, a la Toscana de antes y después del primer viaje de Viscardo a Londres y concretamente a Flo– rencia, cuyas excelentes bibliotecas le ofrecían las ideas enciclopedistas, se han referido Batllori 148 y, tangencialmente, los historiadores argentinos Pa– sarelli y Godio 149 • Batllori desecha en su libro sobre Viscardo la adscrip– ción del pensamiento político del arequipeño a la doctrina populist'!_ propia de los principales pensadores jesuitas, sobre todo los españoles Suárez y Ma– riana. Dice que no sólo no los cita "sino que es muy posible ,que ni siquie– ra los conociera". "Las discusiones suaristas -añade- sobre el origen del poder no llegaron a entrar normalmente en los cursos filosóficos o teológi– cos que se leían en los colegios de la antigua Compañía, al modo que se disputaba con calor de escuela sobre la esencia y la existencia, el probabi– lismo y la ciencia media" 150 • Años mas tarde atempera este juicio, pues al referirse a la cultura hispano-italiana de los jesuitas expulsos y a su esfoT– zado intento de alcanzar una síntesis del pensamiento cristiano y la Ilustra– ción, afirma que "en el aspecto político, las penas sufridas por parte del absolutismo borbónico, y la tradición suarista del origen populista del po– der, les acercaban también a las nuevas ideas de la ilustración en este punto" 151. En la precisión de señalaT la principal línea del pensamiento políti– co, por lo que se refiere concretamente a Viscardo, dice Batllori, "si a algu- 147 La scienza della legislazione, Nápoles, 1780-1785, II, 22. 148 El abate Viscardo ... , p. 129. 149 Cfr. nota 96. 150 El abate Viscardo ... , p. 147. 151 La cultura hispano-italiana .. ., p. 86.

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