Los ideólogos: Juan Pablo Viscardo y Guzmán

TRAS LAS HUELLAS DE VISCARDO CXIII ción de Buenos Aires. Sólo al año siguiente el librero y entusiasta mitrista Ulises R. Mosset le obsequiará el manuscrito Somellera de la Carta, que actualmente se conserva en el Museo Mitre y que reproducimos en esta recopilación 164 • Un lustro mas tarde, el juicio de Ricardo Becerra era mas certero. En su Ensa;yo histórico documentado de la vida de D. Frmicisco de MirCT111r da (Caracas, 1896) dice Becerra: " ... el manifiesto del jesuita Viscardo es digno de ser rescatado íntegramente del olvido, para que figure en los orí– genes históricos de nuestra revolución como el primer documento justifica– tivo de los derechos de la América Española a participar de los beneficios de la libertad, bajo un régimen de gobierno propio e independiente" 1 ª 5 • El conocimiento biográfico de Viscardo y sobre todo el estudio de la difusión e influencia de su Carta avanzan con ocasión del centenario de los movimientos juntistas americanos de 1810. La primera reedición de la Carta en este siglo es la de Carlos A. Villanueva en el apéndice de su obra Napoleón y la Independencia de América (París, 1911), utilizando la primera en español, de 1801. Luego viene el libro de O'Kelly de Galway, Les généraux de la Révolu tion: F. de Miranda ... (París, 1913 ), quien pu– blica, tomada de los Archivos Nacionales, de París, la N otice historiq1t-e su1' le général Miranda ... atribuída a L. Dupérou con la referencia a las tres– cientas libras de pensión otorgada por el gobierno inglés a Viscardo, su muer– te en Londres "la plus solitaire vers la fin de février 1798" y al legado de sus papeles a Rufus King. Por esos años proporciona Pedro Torres Lanzas las referencias a los papeles relativos a Viscardo que se encuentran en el Archivo de Indias, en su catálogo Independencia de América. Fuentes pa– ra su estudio (Madrid, 1912), con las fichas de los rarísimos ejemplares de las dos primeras ediciones de la Carta y las comunicaciones de Pedro José Caro -traidor a MiTanda como Dupérou- al ministro Urquijo, de 1800 y 1801, con el pTimer fresco testimónio de la edición primera de la Carta. en Londres y no en Filadelfia, como reza la portada. Y tal vez la mas impor– tante contribución erudita es por entonces el estudio de Juan M. Aguilar Aportaciones a la bibliografía del precursor de la Independencia sudameri– cana, D. Francisco de Miranda, publicado en Sevilla, en 1918, que aprove– cha los datos de Torres Lanzas y precisa el hecho, hasta entonces confuso, de haber recibido Miranda la Carta de manos de Rufus King, tres semanas después de la muerte de Viscardo. Pero sin duda es el historiador mexicano Carlos PeTeyra quien en este punto destaca con mas énfasis la significación hispanoamericana del documento viscardiano. Pereyra, primero en su monumental Historia de la América Española (Madrid, 1921 y ss.) y luego en su Breve Historia ckf 164 V. Sl:IPra el parágrafo dedicado al manuscrito Somellera-Mitre. 1 ª 5 Ensayo histórico documentado de la Vida de D. Francisco Miranda, Caracas, 1896, T. II, p. 471.

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