Los ideólogos: Juan Pablo Viscardo y Guzmán

CXVI CÉSAR PACHECO VÉLEZ Del nido americano, que delicias encierra, porque era, te exilaron, Loyola un negro azor: en lo hondo te llevaste el sol de tu alma tierra y tu volcán sentiste debajo tu fervor. Allá, en Albión brumosa, en que el hado te aferra, cuántas veces ¡ay! cuántas, un suspiro de amor volaría, como• ave migradoTa a tu sierra y tu alma quedaTÍa t emblante y sin calo~. Y el sol que t e llevaste y el volcán que sentías la progenie criolla de repente alumbraron con llamas que eran lenguas de tórrida verdad. Tu Carta, en la tiniebla trazando áureas estrías, el verbo fue de América, y sus ecos formaron el trueno de Ayacucho, fiat de libertad. Cuatro años mas tarde Vargas UgaTte volvió al tema dedicándole un capítulo de su libra ] es1¿itas perumios desterrados a Italia (Lima, 1934) en el cual aprovechaba las investigaciones de los eruditos arequipeños por lo que se refiere a los datos de la familia e infancia de Viscardo y, además, pre– sentaba una primera bibliografía de la Carta como uno de los apéndices de ese libro. La publicación del Archivo de Miranda, a partir de 1929, renovó el interés por el huidizo personaje. Fue el historiador norteamericano Wi– lliam Spence Robertson quien en su Vida de- Miranda (Buenos AiTes, 1938 y 1947) siguió la pista de las numerosos rutas ame~icanas que, por obra del caraqueño, había seguido el escrito viscardiano de 1799 en adelante 170 . De entonces son también los certeros juicios del gran historiador ve– nezolano Mariano Picón Salas en sus libros De la Conquista a la Indepen– dencia, (México, 1944) y Miranda (Buenos Aires, 1946) que presentan a Viscardo en toda su significación doctrinaria en el cuadro histórico de fines del XVIII: "En la enumeración de frailes expulsos se destaca en línea sepa– rada un nombre: el peruano Juan Pablo Vizcardo y Guzmán, quien otras veces se hace ll amar Rossi, naturaleza nocturna y ambiciosa, c~mo la de Miranda, extraoTdinario t alento de polemista y político que después actua– rá en Londres como pensionado de Pitt y habrá de escribir el primero y mas hábil y difundido panfleto a favor de la revolución de la independen- i 7 0 La edición del Archivo de Miranda, aunque no muy cuidada, faci– lita enormemente la investigación de algunos aspectos del tema: desde el iti– nerario americano de las primeras ediciones, hasta el origen del lema vir– giliano de la Carta -Vicent amor Patriae-, al parecer sugerido a Miranda· por M. de la Rochette, un francés residente en Londres (AM, t. VI, p. 652) .

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