Los ideólogos: Juan Pablo Viscardo y Guzmán

TRAS LAS HUELLAS DE VISCARDO CXVII cia" 171 . Y mas explícitamente había dicho antes: " ... el ex-jesuita Juan Bautista Vizcardo y Guzmán (sic), se vale de una oportunidad simbólica, como el cuarto (sic) centenario del descubrimiento de América para escri– bir su explosiva Carta a los españoles americanos. Ningún escrito como el de este fraile exaltado se difundió mas como arma de propaganda. Se tra– duce al francés y se imprime en Filadelfia; ha de merecer los honores de una versión inglesa en la respetable Gaceta de Edimburgo; lo distribuirá Miranda en multitud de ejemplares cuando su primera y desgraciada expe– dición a Tierra Firme en 1806; y perseguirán el papel curas, inquisidores; y oficiales reales como la mas peligrosa presa corsaria. Se le puede llamar histÓTicamente la primera proclama de la 'Revolución' y sintetiza de modo perfecto todo lo que entonces podía constituir la dialéctica del hombre crio– llo en su lucha contra la monarquía española: sueño de libertad política y económica; reivindicación e idealización del indio despojado y legítimo se– ñor del suelo; teoría de la soberanía popular y nueva mística de la nación. Lo que en sus frases violentas y lapidarias dice Vizcado y Guzmán será glo– sado después en los primeros grandes documentos de la guerra emancipado– ra como los hábiles escritos de propaganda del fraile chileno Camilo Hen– riquez o el Memorial de agravios del heroico colombiano Camilo Torres. Miranda ... tiene en Vizcado y Guzmán un como ministro de propaganda. Nadie expresó el encono criollo con mas ardoroso lenguaje... Después de detenerse en la crítica del sistema monopolista a que está sometida la eco– nomía de las colonias, aplica a la revolución criolla una teoría de libertad en que parecen conciliarse Rousseau y los teólogos de la época escolásti– ca" 112. La extensa cita de Picón Salas de 1944 expresa bien la imprecisión con que hasta ese momento se había difundido la noticia biográfica de Vis– cardo, a quien llama Juan Bautista, pero, en cambio, constituye acaso el mas certero y lúcido juicio sobre la significación de la 1 Carta, su difusión e influencia. Un hito fundamental en la historiografía viscardiana en el ensayo de Manuel Giménez Fernández, sobre Las doctrinas popitlistas .. . (Sevilla, 1946), que ya hemos glosado ampliamente. No había unanimidad, por cierto, en la consideración de nuestro pró– cer y su manifiesto político, sobre todo en la historiografía aTgentina y en la venezolana. Frente al juicio mayoritariamente favorable están las excepciones del argentino Caillet Bois, del venezolano Parra Pérez y del chileno Encina. Ricardo Caillet Bois en su recensión al libro de Carlos A. Aldao sobre Mi– randa (Buenos Aires, 1928) presenta la reserva, única en la historiografía argentina con la de Enrique de Gandía, sobTe la calidad literaria e ideoló– gica de la Carta y los alcances reales de su influencia, frente a testimonios 111 Miranda, Buenos Aires, Ed. Losada, 1946, p. 32. 112 De la Conquista a la Independencia. México, F .C .E ., 1944, p. 215.

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