Los ideólogos: Juan Pablo Viscardo y Guzmán

CXXII C ÉSAR p ACHECO V ÉLEZ Belgrano solicitó al gobierno de Buenos Aires treinta ejemplares de la Carta de un Americano para remit irl as. al int erior del Perú. Pero en 1887, cuan– do escribe Mitre su Historia de B elgrano paTece no identificar a Viscardo como el auto r de esa Carta que, con otros p!apeles sediciosos, habría l'legado hasta los patriotas huamanguino . Nue tro ensayo de 1964, fo rmaba parte de una B·iblio teca H ombres del Perú que se proponía divulgar en síntesis biográfic as la peTSonalidad y el mensaje de figuras egregias peru anas de todos los tiempos. Por su mis– ma índole carece de aparato crítico, pero intenta; presentar cuanto hay de mas significativo y trascendente en la vida y en los escasos escritos de Viscardo y subnya su eclect icismo doctrinario. El ciclo predominantement e biográfico de la bibliografía viscardiana llega al año sesquicent enario de la Independencia del Perú en que el Pbro. Salvador Rodríguez Amézqu it a publica su M onografía de la Villa. de Pam– pacolca, cima del precursor don Juan Pablo Vis cardo y Guzm án (Arequipa, 1971) a que ya nos hemos referido 186 • RodTfguez Amézquita ofrece nue– vas noticias sobre P ampacolca y la comarca serrana de la provincia de Cas– tilla y en especial sobre el linaj e de los Viscardo de Guzmán, los Rodríguez de Cabrera y los caciques Pomacallao emparentados con estos últimos, así como la mas complet a genealogía del prócer. El sustancial aporte ge– nealógico el libro de RodTíguez Arnézquita ilumina el ambiente de la infan– cia de Viscardo y permit e comprender mejor algunas de sus actitudes y un aspecto fundamental de su visión del Perú: la posible fraternidad de indios, criollos y mestizos, del cuerpo de nación que a su juicio debe integrarse para asumir la independencia y realizar un proyecto históTico nacional. Los ensayos interpretativos', los análisis del pensamiento de Viscar– do y los aportes parciales sobre algún asp ecto de su biografía o de la difu– sión y ediciones de su Cart·a son numerosos después de los estudios de Bat– llori y Vargas Uga rte y, sobre todo, a partiT de 1960, año sesquicentenario de los movimientos arneTicanos de 1810, que renuevan y estimulan la re– flexión y la investigación sobre el terna en congresos internacionales, mesas redondas y otros certámenes de est a índole. A partir de entonces las referencias no se ciTcunscriben a la mención o el juicio mas o menos just iciero sobre el escrito de Viscardo, con ocasión de ternas corno Miranda, la rebelión de T úp ac Amaru o la expulsión de los jesuitas, tales los casos del Cuadro Histórico de las Indias de Salvador de Madariaga ( 1945, 1950 ) o de La R ebelión de Túpac A.1naru de Boleslao Lewin ( 1957), sino que se trat a ya de estudios específicos sobre algún as– pecto de la vida o la obn de Viscardo. Salvador de M adariaga reconoce que nuestro personaje es "autor del primer manifiesto abogando abierta– mente por la independencia del N uevo Mundo'', pero subraya como deci– siva su condición de jesuit a expulso en los orígenes y trayectoria de su ac- 186 Cfr. nota 7.

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx