Los ideólogos: Juan Pablo Viscardo y Guzmán
TRAs LAS HuELLAS DE VrscARoo CXXVII Derroteros para la nueva investigación Queda por delante, sin embargo, una tarea de investigación históri– ca a la que quiere servir la presente recopilación documental. Hay nume– rosos aspectos biográficos, etapas completas de la breve vida de Viscardo apenas conocidas. De los veinticinco años en el norte de Italia, en Massa– carrara, Florencia y Liorna, sólo sabemos lo poquísimo que dejan traslucir los papeles del largo expediente en procura de las tres frustradas herencias, alguna carta a otro ex-jesuita con su t estimonio sobre la asamblea episco– pal de Florencia, las cartas a Udny, el intéres por ·aquellas noticias de Amé– rica que alimentarían su rnnciencia y su vocación revolucionarias: la rebe– lión de Túpac Amaru, el levantamiento de los comuneros de Nueva Gra– nada. Pero muy poco sabemos de sus lecturas, de las direct as influencias ideológicas que recibía. Hay mas noticias del primer viaje a LondTes que del segundo, pero muy poco de los itinerarios de esos viajes, de sus posibles estancias en Alemania y mas probablemente en Francia. No se sabe tam– poco la fecha exacta del segundo viaje a Inglaterra, los años que duró su segunda permanencia en Londres, los contactos que pudo tener entonces con otros conspiradores hispanoamericanos, otras amistades que la casi úni– ca conocida del ministro norteamericano M r. Rufus King. Se ignora tam– bien la fecha exacta de su muerte, la enfeTmedad que la produjo, el lugar en que sus restos reposan. No se ha encontrado tampoco entre los papeles de Miranda el manuscrito oTiginal de la Carta que nos permitiría esclare– cer definitivamente tantos aspectos aun ignorados de su redacción, de su estilo literario, de sus fu entes, de la parte que en el texto impreso corres– ponde a Miranda. Pero sobre todo la futura investigación tiene por reco– rrer varias rutas en procura de nuevos testimonios sobre la penetración de los textos de Viscardo en América: manuscritos o impresos de las varias ediciones de la Carta. en archivos y bibliotecas públicas y privad as; búsque– da de ejemplares de la edición de Londres de 1810, en español, aun no ha– llados. No es improbable, en fin, que aparezcan otros escritos suyos de importancia política e ideológica, perdidos entre el cuantioso legado de pa– peles que recibieron primero Rufos King y luego Francisco de Miranda. En el campo del análisis t extual caben aun muchas comprobacio– nes en el cotejo de la Carta con otros documentos políticos contemporáneos e inmediatamente posteriores, y aun seguir sus huellas hasta la etapa final de la independencia hisupanoameTicana. En tanto la investigación avance por esos u otros derrotero , es un hecho que Viscardo comienza a ocupar el lugar que le corresponde en la historia de la emancipación peruana e hi panoamericana. Es cierto que el entusiasmo patriótico y la buena fe nos ha deparado por obTa de artista como Artemio Ocaña y Joaquín Ugarte y Ugarte efigies imaginadas
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