Los ideólogos: Juan Pablo Viscardo y Guzmán
XII PRESENTACIÓN fuerzo no sólo de los historiadores, sino del Gobierno, de las autoridades, de los funcionarios públicos, de los poseedores de colecciones particulares, de la empresa privada, y en general de numerosas personas. Ello ha im– plicado, además, la gentil colaboración de los gobiernos amigos, y conse– cuentemente, un inmenso despliegue de investigadoTes, paleógrafos, traduc– tores, de equipos apropiados, así como de personal especializado en la bús– queda, recopilación, catalogación y ordenamiento de los documentos antes de enviarlos a las imprentas; luego se ha necesitado un equipo de expertos correctores, todo lo cual ha encarecido considerablemente la publicación de los diversos volúmenes que constituyen la Colección Documental. Cuando he dicho que la preparación de la Colección Documental ha sido una tarea difícil, no me he referido precisamente a la labor profesional que significa, sino a la situación y circunstancias que rodean este asunto de los fondos documentales y, muy particularmente, al grave daño que su– frió la Biblioteca Nacional a fines del siglo pasado y al incendio ocurrido en Ja cuarta década del presente siglo. Hemos realizado pues un gran esfuer– zo, pero hemos logrado una obra de jeTarquía internacional, que fortalece la posición histórica del Perú en el proceso de la emancipación americana. Este esfuerzo documental, planeado inicialmente en treinta tomos repartidos en sesenta volúmenes, excedió luego nuestros cálculos, y en for– ma sorpresiva, halagadora y sin duda encomiable, nos ll~vó a editar ciento seis volúmenes, lo que resalta aún más el significativo y patriótico esfuerzo de nuestros historiadores, lo cual, desde luego, ha repercutido de modo sustancial en el costo de la obra presupuestada y consecuentemente ha obligado a acudir a la promoción económica, haciendo un llamado a la ciudadania y en paTticular a la empresa privada, solicitando su colaboración en virtud del dispositivo previsto en el art. 79 del Decreto-Ley 17815 que faculta la financiación y autoriza una doble deducción en el impuesto a la renta. Es un paso trascendental, ya que poT primera vez las fuentes docu– mentales, de difícil acceso y, en la mayoría de los casos, fuera del alcance de los estudiosos, estarán desde este momento del Sesquicentenario, a disposi– ción de todos aquellos que se interesen por la investigación de esta etapa de nuestra historia. Ya no será un privilegio de algunos, tener acceso a las fuentes primarias de nuestra Historia; será una posibilidad para todos, con– firmando, así, una vez más, el espíritu auténticamente democrático, nacio– nalista y constructivo del Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada. Habría un vacío inexplicable, si después de destacar la importancia y trascendencia de esta obra no indicara, persona a persona, quiénes la hi– cieron, en todos sus aspectos, desde el planeamiento y la dirección hasta su desarrollo, conducción y ejecución. El país debe saber, por otra paTte, que la labor del brillante equipo de historiadores integrantes de la Comisión Nacional, así como la labor de todos y cada uno de los miembros de la mis-
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