Los ideólogos: Juan Pablo Viscardo y Guzmán

TRAS LAS HUELLA~ DE VISCARDO LI La zona de Pampacolca, de reciente dominación incaica cuando se produce la conquista española, estaba formada por cinco ayllus principales gobernados primero por los curacas Quil1ama Sabín, que también emparen– tan con los Rodríguez de CabTera, y luego por los curacaa PomacaHao. Los Pomacallao, subalternos de los Incas y probablemente ligados a ellos por lazos de sangre, l'Iegan al apogeo de su poder en e~ 'último cuaTto del s. XVII y comienza su decadencia al incio del s. XVIII. Desde 1683 figuran como caciques de Pampacolca, casados con muejeres de su propia estirpe aborigen. A partir de 1700 se, ve el interés de las principales fami– lias españolas en ligarse con los Pomacallao al tiempo que los desplazan en el poder político. Marcelo, era hijo de Marcos "el viejo" y el número de sus esclavos, así como los enJ!aces familiares de sus hijos, según la documtm– tación publicada por RodTíguez Amézquita, parece indicar que con él lle– gó su estirpe a} mayor encumbramiento. Los informes genealógicos de Pampacolca permiten comprobar hasta qué punto en los pueblos pequeños de tardío asentamiento de familias es-– pañolas fue letra muerta ra separación entre la "república de indios" y la "república de españoles" en que se puso tanto celo en el s. XVI y en los primeros decenios del XVII. Por el contrario, al nivel de aristocracias na– tivas y de conquistadores y encomenderos, el cruce fue intenso ero tal medi– da que en las primeras décadas del XVIII estas sociedades locales eran pro– fundamente "hispanoamericanas", en e] sentido de mestizas. Juan Pablo Vis– cardo y Guzmán, que formaba parte de un linaje criollo, aunque sea remota y sólo prnbable su calidad de mestizo, vivió en cambio un clima de vincu– lación familiar entre caciques y conquistadores espafioles; tuvo lo que Bat– l'lori ha llamado con gran acierto "vivencia de la convivencia" 9 • Se explica ahora, poT el íntimo correlato vital, la imagen que Viscar– do propone de la sociedad peruana de mediados del XVIII, tal como la des– cribe en sus cartas de septiembre de 1791 al cónsul inglés en Liorna, John Udny, publicadas por Batllori en 1953 y destacadas poT nosotros en 1957 10 • En esas cartas, sobre todo en la segunda 11 , Viscardo diseña una sociedad peruana escindida en dos bandos irreconciliables: por un lado los peninsu– lares, objeto fundamental de la aversión y el odio de los otros grupos; ellos son Tos advenedizos y usurpadores a quienes los indios llaman "Aucca, Guampo, es decir enemigo, extranjero ... "; y por el otro lado indios, mes- Actas del V Congreso Internacional de Historia de América, Lima, 1972, T. II, p. 367). Pero un examen más detenido de las partidas publicadas por Rodríguez Amézquit a permite aclarar que se trata de tía y sobrina carnal. 9 Ibidem. La frase, tal como la trascribimos, la pronunció Batllori en su intervención en la mesa redonda sobre Viscardo y Baquíjano, realizada durante el citado Congreso de Lima. 10 Un valioso antecedente de la 'Carta' de Viscardo y Guzmán en: La Causa de la Emancipación del Perú, Actas del Simposio del Instituto Riva– Agüero, de 1957, Lima, 1960, pp. (101)-125. 11 V. infra, doc. n<:> 74.

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