Los ideólogos: Juan Pablo Viscardo y Guzmán

LII CÉSAR PACHECO VÉLEZ tizos y criollos, jefes éstos del bando de los naturales y por tanto señores del país. Según Viscardo los criollos, descendientes de los conquistadores, de los ganadores de la tierra, a quienes dedicará frases de inocultable admi– ración en su Ca;rta, "lejos de ser abonecidos eran respetados, y por muchos amados; los indios les llamaban viracocha, nombre de un inca suyo". Pero es el siguiente pán;afo, el mas encendido elogio de su grupo social, el que revela cristalinamente cómo proyecta Viscardo su propia realidad, exten– diendo a todos los criollos del Perú, en una generalización seguramente exa– gerada, el clima familiar de los años de su infancia en Pampacolca: "Naci– dos en medio de indios, lactados por sus mujeres, hablando su lengua, habi– tuados a sus costumbres y naturalizados al suelo por la estancia de dos si-– glos y medio, y convertidos casi en un mismo pueblo, los criollos, repito, por lo general no tenían sobre los indios sino una benéfica influencia. Maes– tros de los indios en la religión, los párracos y los sacerdotes, .criollos en su mayor parte, estaban siempTe en pugna con los españoles por proteger a los indios; las casas de los criollos eran un asilo seguro para aquellos que ad– mitidos en la servidumbre doméstica encontraban allí una suerte mas dulce y mucho mas afortunada". Y luego esa vívida descripción le sirve de fun– damento para afirmar que indios, mestizos y criollos no actúan separada– mente sino que, por el contrario, "forman un todo político en el cual los criolfos, por las razones arriba explicadas, ocupan el primer lugar ... ". Creo que el testimonio -como el de Baqu.íjano y aun el del propio Túpac Amaru- nos proporciona un derrotero para reconstruir desde sus mas pro– fundas vivencias la sociedad peruana e hispanoamericana de la segunda mi– tad del siglo XVIII, es decir de la sociedad que postula: la independencia e m1cia su proceso. La investigación documental de la infancia y de la vida familfar de Viscardo puede echar nuevas luces para penetrar en una peTsonalidad que se presenta aun imprecisa y borrosa. En tal sentido es muy valiosa la apor– tación del P. Salvador Rodríguez Amézquita, de cuyo libro hemos tomado algunas partidas de bautizo, matrimonio y defunción y el testamento del padre del prócer. El P. Rodríguez Amézquita, buen conocedor del tema, ha tenido la gentileza de preparar especialmente para esta recopilación do– cumental el árbol genealógico de los Viscardo y Guzmán Zea 12 . Viscardo y la Compañía de Jesús Acerca de este tema, así como sobre el expediente formado con las ' instancias de los hermanos ViscaTdo reclamando la herencia paterna y la del tío apoderado, el presbítero don Silvestre Viscardo, el mayor número 12 V. infra, doc. n9 10.

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