Los ideólogos: Juan Pablo Viscardo y Guzmán

TRAS LAS HUELLAS DE VISCARDO LV No sólo por las referencias a graves cuestiones teológicas, canónicas y pastorales y a los principales personajes de la asamblea toscana, revelado– ras de la ortodoxia y del fervor romano de Viscardo, interesa esta carta. florentina de 1787. También por la frescura, vivacidad y sentido del hu– mor que transparentan sus párrafos de seguro frecuente en su correipon– dencia amistosa con tantos otros ex-jesuitas americanos residentes en el norte de Italia, que lamentablemente se ha perdido. Y, en fin, por un da– to personal que puede tener importancia para documentar el inicio de la enfermedad que acabó con su vida a los cincuenta años: Viscardo dice a Zepeda que ha demorado en escribirle no sólo por sus ocupaciones (sobre toda las instancias y gestiones piara obtener d usufructo de sus bienes fami– liares) y por el tiempo que ha requerido para obtener información, sino también por su "salud algo quebrantada" 18 • Es interesante observar, que la actitud de Viscardo frente a la Compañía de Jesús suscita reservas y co– mentarios adversos por razones completamente opuestas. Para el historia– dor venezolano C. Parra Pérez y para Boleslao Lewin el exagerado jesuismo de Viscardo resta seriedad a su alegato revolucionario. Para Batlk>ri, en cambio, sus relaciones con la orden no fueron del todo claras. Las herencias de los hermmios Viscardo El conjunto de documentos sobre este tema es el mismo publicado por el P. Batllori; procede la mayoría de ellos del fondo Jesuitas, del Archi– vo N acio1roal de Santiago de Chüe y unos cuantos de otros archivos españo– les y romanos. Ilustran estas piezas la dura brega de Juan Pablo y José Anselmo, desde 1773 hasta 1789, por obtener el envío regular de la parte que a am– bos correspondía del patrimonio familiar; primero de la herencia del padre, que muere en 1750, de la cual en los años de 1765 a 1767, cuando aun resi– dían en el Perú, recibieron parte inferior a la debida, y en los años siguien– tes, nada; y luego, de la herencia del tío don Silvestre Viscardo, muerto en 1776, quien había puesto como condición testamentaria que sus sobrinos de– berían volver a su patria a recibir la herencia antes de los diez años de la muerte del testador; y posteriormente de fa madre, que muere en 1780. De esas herencias tampoco alcanzan a recibir suma alguna según lo declara el propio Juan Pablo, desde Florencia, a finde 1787 19 • Testi- en Italia y en Londres, imbuido de las ideas filosóficas del abate- Raynal ¡¡;o– bre la América española y amargado por el injusto destierro, había negocia– do la ayuda británica en favor del inca sublevado Túpac Amaru y de sus con– tinuadores; y que por su Carta ... tan divulgada por Miranda en Europa y América, pasará a la historia del pensamiento hispánico como uno de los escritores políticos más influidos por Juan Jacobo Rousseau" (La cultura hispano-italiana . .. , pp. 94-95). is V. infra, doc. n<? 85. 19 V. infra, docs. n<? 56 y 57.

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx