Los ideólogos: Juan Pablo Viscardo y Guzmán

LXXXIV CÉSAR PACHECO VÉLEZ cuña Mackenna 3, no consignan su nombre. Mariano Felipe Paz Soldá.n apenas le dedica un~ línea en el capítulo primero de su Histo·ria del Perú I ndependient eª 4 y de Viscardo no hay rastros en el monumental Diccioncv– rio de Mendiburu s5. El tema viscardiano regresa a nuestra patria a tra– vés de Mitre, quien en la segunda edición de su Historia de San M Mtín y 1 de la E11iancipación S1tdamericana dedica un párn1.fo a nuestro compatrio– ta 86. Cuatro manuscritos contemporáneos de la 'Carta' En la sección XI de este volumen publicamos cuatro versiones ma– nuscritas contemporáneas de la Carta. Dos proceden de Buenos Airns, una de Lima y la cuarta probablemente de Chile 87 • Estas copias manuscritas, entre las muchas que sin duda circularon en los primeros lustros del sig1o pasado por toda América española, revelan la amplia difusión clandestina que alcanzó el manifiesto de Juan Pablo. El primero de esos manuscritos es el que llamamos "manuscrito de Mariano Moreno" no sólo por fOTmar parte de la colección de papeles per– sonales del prócer argentino, sino también porque es copia hecha de su pu– ño y letra. Estas circunstancias han servido para que algunos biógrafos de Moreno destaquen su pronta adhesión a la causa de la independencia y lo consideren autor de la proclama con que se enriquece la edición porteña de la Carta de 1816. Corno ya hemos visto, la hipótesis de Fitte y otros historiadores argentinos se disipa luego de los trabajos de Mariluz Urquijo y Segura. Fitte cree que Moreno preparó su copia del manifiesto de Viscardo hacia 1809. Por entonces Viscardo ya era conocido en Buenos Aires corno lo prueba la proclama sediciosa de ese año denunciada por Joaquín Malina a la península y cuyo texto esencial Tepite literalmente varios párrafos de la Carta. Es probable que Moreno conociera nuestro documento desde antes, apenas llegaran algunos ejemplares de la edición londinense de 1801 a Chuquisaca, donde a la sazón estaba en la Universidad. Y es asimismo _ cierto que, como afirma Boleslao Lewin 88 , Moreno corrigió en su c0pia los errores con que se estampó en Londres esa segunda edición, primera en es– pañol, debidos sin duda al deficiente conocimiento que de esa lengua tenían 83 Benjamín Vicuña Mackenna, La revolución de la independencia del Perú, Lima, +mp. El Comercio, 1860. s 4 Li~a, 1868, p. 26. Paz Soldán en las cuatro líneas que dedica a _Yis– cardo, consigna un dato errado: cree que la Carta se publica por vez pnme– ra y completa, en la Revista de Edimburgo. 85 Manuel de Mendi'buru, Diccionario Histórico Biográfico del Perú, 8 tt., Lima, 1874 y ss. 86 2Q ed. corregida, Buenos Aires, 1890, T. I, pp. 48 y 49. ar V. infra, docs. n<:> 135 a 138. as Bole~lao Lewin, Mariano Moreno y la "Carta a los españoles ameri..i canOIS'" de Vizeardo, en La Prensa, Buenos Aires, 25 de junio de 1961.

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