Los ideólogos: Juan Pablo Viscardo y Guzmán

j uA PABLO V1 scARoo y GuzMÁN 803 odiosas para conservarlas por la sangre! Un mal grave, quando c1 rto es mas temible que el futuro dudoso. Refl exione V.S. si encontraría frances en Buenos Ayres, antes quando eramos escla os, igua l r sis tenci que ahora que respiramos libertad. Pero agregue V.S. á nuest ros recelos la misma conducta que obser– van los franceses con Cadiz, y los hallará mas justos: vá para un año qu lo amagan, y siendo su t oma obra de pocas horas, ó á lo umo de poco dias. ¿No deberá sernos misteriosa su conducta? ¿ o podrtmos recelar, que conociendo el Consejo de Regencia su impotencia para defender á a– diz y restaurar la España, trate de ntregarse con us Américas, envi nd á ellas baxo el pabellon español y nombre del r. D. F m ando II emisa- rios que agencien su reunion ? o seria l primer paso político que hu biesen dado los gabinetes europeos en el transcurso de tres siglos de intri– gas. Y si como son fundados t an justos recelos, porqu on posibles, y pro– bables, no lo fuesen ¿ dexarian por esto de corresponder al inter's mas gran– de de una nacion, que lo pone en no ser esclava? as sobre todo. ¿Quien ha de juzgar de esta probabilidad ? ¿ V.S., el vi rey Abascal o la misma na– cion interesada? i los derechos de V. S., ni los de aquel como Tepresen– tantes de quien se quiera, tienen proporcion con los de esta nacion que re– cela; ni los conceptos de ambos formados con interés, o sin el, han de val r tanto como el de muchos millones de hombres que precaben su salud polí– tica. Todo lo supuesto, cierto, posi tivo y bien examinado debe hacerle conocer á V. S. que no t eniendo el mismo Femando VII derecho para con– tener la voluntad de su nación que en el día consiste unicamente en Ja americas, ni para impedir que le formen constituciones, .S. y el virey Abascal que intentan mas que lo que aquel pudiera obran con una arbitra– riedad y despotisr,no sin igual, pues que sus acciones no tienen legitimidad y que por defend er los derechos, ó revocados, ó limitados de un monarca, atacan los sagrados, aquel de los hombres, y V.S. de los hombres y de su patria: se constituyen en unos verdugos mercenarios de sus semejantes· y prostituyen sus interéses nobles y natuTales al baxo y despreciable, que puede dispensarles la mano debil de un soberano. Pero V.S. nos dirá: yo no ataco el vireynato de Buenos Ayres impi– do unicamente el que sus convulsione y movimientos, sean trascendenta– les al Perú, y que las ideas de subversion se propaguen. ¡Ah señor bnga– dier! ¿Y e este el lenguage del hombre de bien y buen patriota? ¿Con que es beneficio á su patria impedir se le comuniquen las ideas de libertad e independencia. ¿Es obsequio obscurecerle que está en estado de obrar y de pensar como lib re constituyéndose por i mismo sin autoridad y con usurpacion, en un t utor avaro de este mismo Yireynato que por si solo e ba tante á con ultar su horfandad? Quando el Perú señoréandose en el exercicio libre de su libertad, lo señale, y nombre para que sirva de barrera

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