Los ideólogos: plan del Perú y otros escritos

PROLOGO Como hijo de su siglo, Manuel Lorenzo de Vidaurre (Lima, 1773- 1841) juzgaba que sólo el ejercicio de la razón puede hacer verdaderamente libres y felices a los hombres. Admitía que, en su origen, cada uno disfruta plenamente de esa libertad, pero condicionado a la elemental satisfacción de sus necesidades naturales; cada uno reconoce que en el aislamiento "no po– dría ni conservarse, ni perfeccionarse, ni vivir como conviene a un animal racional" 1 , y tiende a buscar la asociación con otros hombres; de modo que alivia y asegura su propio perfeccionamiento, y al mismo tiempo acce– de a limitar su albedrío; y las tensiones vividas en el estado silvestre son moderadas y supeTadas en la convivencia, así como en la felicidad, unida, a la realización personal que labran la libertad y la razón. A través de los tiempos, la sutileza de las especulaciones místicas presentó a la razón como una aptitud congénita, que eleva a nuestra especie sobre las demás que en el mundo existen, y aun puede explicar las diferencias entre los hombres. Se vió en ella una fuerza que impulsa al individuo en toda empresa de con– quista o defensa de sus deTechos; una causa profunda y decisiva de la dig– nidad y la altivez que el hombre asume frente a cualquier tropelía, según quedó demostrado "cuando al último de los Incas se le dijo que Alejandro V.I había dado aquellos reinos a los reyes católicos, [y] sin mási que la luz de la razón replicó, ¿pues qué, estos reinos son del Pontífice?" 2 • Sus ob– servaciones y reflexiones confieren claridad al conocimiento de la vida, al par que inducen a disfrutar de las apetencias que justifican y alegran el curso de los días: pues "toda sociedad racional debe pretender su seguridad, su Teposo, su mantenimiento y abundancia, sin renunciar por causa ni mo– tivo alguno, a estos esenciales objetos que pueden y deben llamarse la vida de los pueblosª· A la influencia de la razón obedece el cálculo de los aza– res opuestos al deseo y, consecuentemente, la moderación o la firmeza en los actos de la voluntad: "Compatriotas míos, esperad, consultad vuestra razón, serenaos, poned en la balanza lo que perdéis y lo que ganáis" 4 • O desaparecen a su sombra el error y los prejuicios, porque establece la ver– dad e incita a su comunicación filantrópica; desaparecen el egoísmo y el 1 Cf. Entretenimiento 29. 2 Cf. Plan del Perú. a Cf. su renuncia a la magistratura que desempeñara en la Audiencia de Puerto Príncipe, suscrita a 30-V-1823. 4 Cf. su Discurso Quinto.

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