Los ideólogos: plan del Perú y otros escritos

,176 MA UEL LoRE zo DE V rnAURRE guard ar cautivos, como ineptas para batirse con los enemigos exteTiores. Es– tamos en la grande observación de Filangieri, observación que en el año de 1822 me expuso a todo el furor de las tropas españolas y del gobierno de 1::i Isla de Cuba, donde era magistrado 39 • "Yo decía que las tropas hacen perder la mo ral de los pueblos, los de– solan, impi den el uso y ejercicio de las leyes y no son útiles cuando se les necesit a para la campaña. Estos datos son evidentes. Cuanto mayor sea el número de tropas, es menos la libeTtad· cuanto meno r es la virtud es me– nor el valor. El hombre que más ama la libertad, es el que más obedece las leyes : él sabe con Locke que la tiranía comienza donde la ley finaliza 40 • Si yo fuera, tan elocuente como Pitt yo hablaTÍa aqui contra la fuerza armada como lo hizo en Inglaterra contra Napoleón. Nosotros jamás con– sideraremos un despotismo militar como una forma estable de gobierno: es– te fue el pensamiento del orador. En todas las edades esta es y será la opi– nión general. En los Estados donde la fuerza militar gobierna, la voz pú– blica no se ha oído. ¿Qué voz podrá ser oída cuando el estrépito del mor– tero y el cañón impiden oir otra cosa que su fuerte sonido, y el fetor de la pólvoTa no consiente que percibamos los perfumes de aquéll as flores que son los símbolos de la paz?. Sea la milicia sujeta al gobernador, se di rá. Yo contesto. ¿o es el jefe del gobierno el jefe de la milicia, o es distinto? Si el J efe es el mismo, es déspota; porque tiene más poder que el que se requiere para sus funciones, si es distinto es esclavo y subordinado, ha de obedecer al que lo manda. ¿Qué es Arcadio delante del bárbaro Gainas?. Clamará con Fox: desgraciados de nosotros cuando la guena se con– temple como nuestro estado natural, y la paz un·a situación peligrosa y di– fícil. La li bertad, según pensamiento de Willdesforces, es la hija de la razón y el orden. Es una planta de celestial origen. Ella se seca con el humo de la pólvora, y sus raíces se debilitan y aún rompen con el ruido del cañón. Est a parte de la política es ya tan tratada que no hay sino que Tepetir pen- 39 Escribí un papel probando que si se ponía una guarnición en un pue– blo que jamás la había tenido, necesariamente tenía que alterar las costum– bres. Se contestó con sarcasmos é injurias. Este fue el modo como res– pondieron siempre los españoles a mis papeles. 40 Las grandes armadas mantenidas en el interior y exterior sin algún objeto de utilidad para la nación son millones de bocas abiertas sin necesidad, para devorar las provincias; y son brazos arrancados de las artes, a las que se debe la riqueza y prosperidad. Ferguson 5~ parte de la Decadencia de las Naciones.- Para asegurar la tranquilidad tanto interior como exterior, una nación tiene necesidad de fuerza armada. Su organización debe ser tal que baste para proteger; pero no debe dar inquietud ni al pueblo ni a las nacio– nes vecinas. En el primer caso, inquieta, espanta y abate a los ciudadanos, amenaza la libertad pública, y puede fácilmente conducir a actos arbitrarios. El s~gundo cas·? e:x;cede el principio <;le la propia conservación, y por la des– confianza que mspira puede dar motivos a hechos hostiles.- Mr. Gerard de Rayneval. Inst, du Droit Nat et des Gents.

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