Los ideólogos: plan del Perú y otros escritos
DISCURSOS 479 el dano, a quien se enseña a obedecer las leyes, obedecerá sin duda a sus jefes militares. En Roma el ciudadano era el soldado: en la Europia no fue un oficio distin to de los demás hasta estos últimos siglos. En la América los hombres libres vencieron a los veteranos españoles. La mejor educación, conocimientos, pudor, honra, relaciones hacen a un ciudadano más prnpio para la guerra que el que se alquila por un pequeño y vil interés. Si estas calidades, según Smith influyen tanto en el que se aplica a un arte u oficio, ¿cuánto valdrían para que se forme de pronto un buen militar? Los suizos, Jos holandeses y los americanos del Norte y nosotros no hemos sido libres con tropas veteranas: hoy lo on por la repetición de los actos, pero no lo fueron poT los principios 44 . Se ha examinado sobre el derecho representativo gue calidades deberían tener los elegidos y electores. En Francia se exige una renta conocida. Era de opinión que no se admitiese a votar, ni pudiese ser elegido el hombre que no tuviese sus armas listas y una certificación del jefe de estar instruido en el uso respectivo de ellas. No excepcionaría ni aún los letrados. Los prin– cipales oradores de Roma fueron Cónsules, ocupaban la tribuna, o exponían su vida en la campaña. Las armas y las letras estuvieron en divorcio en los gobiernos tiTanos, ellas dulcemente se mezclan en los Estados libres. No quiero una República Platónica: es mi ánimo que en tiempo de paz nos pre– paremos perfectamente para la guerra. Filangieri muy opuesto a las milicias permanente , y creyendo con jus– ticia que era una de las causas de haber disminuido las poblaciones, cree <JUe un labrador en tres semanas hará cuanto pueda un soldado veterano. Me paTece que este grande hombre se engaña, si el campesino desconoce el uso del cañón y del fusil. Hará más que el veterano si tiene anteriores co– nocimientos; pero será muy inferior si lo toma de improviso. Un ejército de reclutas indisciplinados se envolverá a sí mismo· por mucho que sea su coraj e no hará sino presentarse indefenso a la muerte. Esta fue la suerte de España cuando Napoleón la acometió en 1808. Ella hubiera sucumbido si el Emperador no se compromete con la Rusia 45 . Nuestra población actual la considero de 15 millones. o será un cálculo arriesgado concluiT que podemos tener 750 mil hombre de guerra. La Francia con 22 millones puso cuatro obre las armas: por esta regla nos correspondía 2 millones 750 mil hombres; pern mi cálculo es más modera– do; no es sino un cinco por ciento de la totalidad. ¿Podrá la Europa entera 44 En los nuevos Estados de América cada habitante varón desde la edad de 16 hasta la de 60 años es enrolado en una compañía de milicias, y obli– gado a tener en su casa y a su propia costa un fusil en buen estado, un pol– vorín, una libra de pólvora, 12 piedras de chispa 24 balas una cartuchera y una mochila; de modo que todo el país está pronto a ponerse en defensa a la primera señal. Las compañías y regimientos se juntan en cierto tiem– po del año para maniobrar y para proceder a la vista de armas y municiones. 45 Napoleón hubiera ~ido vencedor de todas las tropa confe erada " en Waterloo hubiera tenido los soldados con que enció en Jena.
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