Los ideólogos: plan del Perú y otros escritos

PLA DEL PERÚ 21 Las calles también se asearon, principalmente en las del centro; esto era muy importante para el decoro y la salud. Pero según antes tengo expues– to, no hay establecimiento que no se altere. Las inmundicias, aguas dete– nidas y animales muertos, ya no se velan. La fuerza de la bondad del tem– peramento, es la única que libra de una peste arrebatadora. Es un dolor, que siendo Lima de un clima uave, regalado y gozando en todas las esta– ciones de cuantos primores la natmaleza produce; teniendo acequias en las calles con cuarenta riego de agua, no ea, más aseada que las demás capi– tales, y no gozan sus vecinos de una sanidad perfecta. A pesar del des– cuido y negligencia, los viejos son muchos; pues ¿qué no se lograría con una policía acendrada? Si el hombre, por la transpiración sensible e insensible recibe, arroja y toma partículas de materia o buena o corrompida, ¿nos ad– miraremos de que se dañe el pulmón, reinen las calenturas pútridas y se infeccione la sangre? Para que así no fuese era necesario un milagro, y Dios jamás los hará para trastornar la naturaleza y proteger el abandono y descuido de los hombres.

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